Estos días hemos visto el nefasto trato informativo que determinados medios de comunicación han dado al fallecimiento de George Michael, hace poco ocurrió lo mismo con La Veneno.
Con la muerte de homosexuales o transexuales muchos periodistas sacan su patita mas intolerante, su única intención es vender una noticia, sea falsa o no. El amarillismo hoy es un valor que se ha extendido, la verdad poco importa. Pero este tipo de pseudo-periodismo muchos homosexuales lo han sufrido de por vida y aun más al morir. Aquí os muestro como contaron los medios de comunicación la muerte de tres famosos homosexuales que triunfaron en el mundo del cine.
Antes del estreno de su film Tabu, FW Murnau (1888-1932) sufrió un terrible accidente que le costó la vida. Le acompañaba su joven amante filipino, que supuestamente conducía. El escándalo estaba servido y la prensa aireó e inventó detalles de su fallecimiento. A una vida disoluta, como le suponían a un homsesual, se unía el hecho falso de que el accidente se había producido mientras el cineasta realizaba una felación, es decir tenía el pene de su amante en la boca. A pesar de que jamás se ha demostrado, el rumor ha quedado como cierto.
Ramón Novarro (1899-1968) murió tras una horribles torturas en su propia residencia. La policía encontró el cuerpo desfigurado y mutilado Los asesinos, dos hermanos Paul y Tom Ferguson, buscaban un dinero inexistente, al final se llevaron cuadros y cuanto de valor encontraron a su paso.
La prensa aireó que habían estado invitados a una orgía homosexual, que eran católicos y una voz interior les llamó a matar al célebre actor mexicano por su "perversión sexual" y que los golpes los habían realizado con un enorme dildo regalado por Rodolfo Valentino, encontrado en la boca del actor. Sacaron a la luz datos de su vida privada y sus supuestas adiciones al alcohol.
En febrero de 1976 era asesinado en la puerta de su casa el actor Sal Mineo, tenía 37 años. Pronto la prensa sensacionalista publicó que el crimen tenía que ver con sus gustos homosexuales, aireando su especial tendencia por los rituales sadomasoquistas y las drogas. La realidad era muy distinta, su asaltante no le conocía, solo estaba interesado por su reloj y su cartera.
Sal Mineo jamás ocultó su homosexualidad, presumía de haber tenido relaciones sexuales con muchos actores y prohombres del mundo del cine, aunque jamás reveló sus nombres.