Tras la Batalla de Muret (1213) muchos cátaros huyeron hacia el sur hacia Catalunya y fueron objeto del deseo persecutorio de la Iglesia. Pero el apoyo de la Corona de Aragón impidió que sus deseos se cumplieran.
Los constantes enfrentamientos de Jaume I con la Iglesia, motivados por no expulsar a la población musulmana y entregar sus tierras a los voraces obispos, movió al Papado a amenazar al gran rey con la excomunión. Las relaciones se agravaron cuando éste fue herido en la cabeza, sus médicos cristianos le dijeron que era la voluntad de Dios, Jaume I acudió a los médicos judíos y lo curaron. Para evitar la excomunión debió permitir la entrada de la Inquisición en los territorios del Centro y Norte del Principado zona poblada por antiguos cátaros, así lograba poner a salvo a la población "hispano-musulmana".
Aquí aparece Raimón de Penyafort, introductor implacable de la Inquisición en Catalunya. Poco a poco su persecución se extendió contra cualquier herejía, el judaísmo y como no contra el llamado "pecado nefando".
En Barcelona las hogueras ardían en el Pla de l'Os, fuera de las murallas en la actual Rambla, durante toda la Edad media, luego se trasladaron a el actual Paseig del Born.
No se sabe cuantas personas llevó Raimon de Penyafort a la hoguera, pero si sabemos que la Iglesia le premió con la Santidad , el Colegio de Abocados de Barcelona lo hizo su patrón y el Estado Español aun hoy le honra con "La Cruz de San Raimundo de Peñafort" para premiar los relevantes méritos contraídos por cuantos intervienen en la Administración de Justicia. Así nos va.
En la actualidad en el Pla de l'Os se encuentra un célebre mural de Joan Miró.
PREMIAR A ALGUIEN CON LA SANTIDAD, POR ASESINAR, ES TOTALMENTE INCONGRUENTE, ASÍ VA EL MUNDO, BUAJ!!
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