"Sabemos que Whitman tuvo jóvenes amigos (Peter Doyle y Harry Stafford, a los que ayudó, fueron los más estables) pero -según Loving- no sabemos hasta dónde llegaron estas amistades particulares, además de varias ocasionales. De otra parte los poemas homoeróticos de Whitman (sobre todo en la parte de su libro titulada “Calamus”) fueron, según las ediciones -según las presiones- suprimidos o corregidos por él mismo. Y aunque dicen que se besó con el joven Oscar Wilde cuando este le visitó en 1888, parece cierto, que Whitman (como sugiere su correspondencia con Addington Symonds) se sintió molesto con la etiqueta de homosexual, en parte por las terribles censuras e interdictos ambientales, pero acaso también porque su modelo de homosexualidad viril parecía lejos de la que él suponía en otros... Magnífico poeta, cantor de la democracia, del cuerpo y de la gente corriente, Whitman es el mito de América, más allá de sus problemas personales y sus muchas dificultades como hombre". (Luis Antonio de Villena)
Cíñete a mí
Cíñete a mí, noche del seno desnudo; cíñete a mí,
noche ardiente y nutricia!
Noche de vientos del Sur, noche de grandes y pocos luceros,
tú, que en la paz cabeceas, loca, desnuda noche de estío.
Voluptuosa sonríe, ¡oh, tierra de fresco aliento !
Tierra de árboles adormilados y líquidos,
tierra ya sin luz del ocaso, tierra de montes con cumbre de niebla,
tierra donde derrama cristales el plenilunio azulado,
tierra con manchas de luz y de sombra en las aguas del río,
tierra de límpido gris y de nubes que para mí son
más vivas y claras,
tierra de abrazo anchuroso, tierra ataviada con flor de manzano
sonríe ya, que tu amante se acerca.
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