8 meses en contacto con la naturaleza, en una masía, Can Tafetans, observó la vida en el campo, dibujó a los animales y perfeccionó su rudimentario catalán, en 1.898 en aquella zona no se hablaba otra lengua.
Años mas tarde Françoise Gilot, una de las compañeras de Picasso, contaría que en estos ocho meses el joven Picasso conoció a un joven gitano de 15 años. Éste le acompañaba con su mula cuando subían a los "Ports del Maestrat", pues en esta zona tenía su rebaño de cabras, allí pasaban días y semanas juntos.
Según la biografía de Henry Guidel, editorial Plaza y Jané, la relación entre ambos fue mucho mas allá de una profunda amistad. Él mismo nos cuenta:
“Entre él y Picasso se entabla primero una amistad ardiente, que sin duda llegó mucho más lejos. Los dos chicos sancionan su unión con un ritual que se remonta a la noche de los tiempos: el gitano, empuñando el cuchillo del que no se separa nunca, se hace un corte en la muñeca y pide a Pablo que haga lo mismo. Entonces mezclan su sangre en señal de eterna fidelidad. Pero el gitano, que comprende enseguida lo imposible de una relación profunda con un muchacho que no es de su raza, prefiera desaparecer. Una mañana, en la gruta, Pablo ya no lo encuentra a su lado… su lecho de hierbas y hojas está vacío. Se queda estupefacto. Su pena es muy grande. Regresa entonces a Horta con Pallarès”.
Pallarés era el propietario de la masía en la que residía. Picasso allí aprendió a trabajar en el campo, a talar árboles, cuidar ganado o remover el estiércol. Y pintó, aunque alguna de sus obras han desaparecido. En una de ellas "Idilio" se podían observar a dos jóvenes semidesnudos perdidos en la montaña. Seguramente recordaba sus juegos con el joven pastor, desnudos por el monte, embadurnados de pintura o durmiendo juntos en un lecho de paja seca.
Su primer paso por Horta de Sant Joan dejó una huella importante en el joven artista, huella que queda reflejada en su frase "Tot el que sé ho he après a Horta" (Todo lo que sé lo he aprendido en Horta). En 1899 regresó sano y moreno a Barcelona.
Mas información:
http://www.tarragona-goig.org/tarraco_004e.htm
Interesante anécdota; jamás me imaginé a Picasso en ese tipo de aventuras, aunque claro que de joven debe haber sido mucho más cálido y flexible de lo que fue después... gran pintos, artista, sin duda, un hombre de actitudes bastante criticables en términos de relaciones humanas (una buena amiga catalana, que visitó varias veces a Picasso cuando niña, porque sus padres eran amigos, me contaba que era un ser bastante prepotente y difícil de tratar).
ResponEliminaSu genio como artista no está a discusión, claro, y la contundencia de su postura política: el Guernica es todo un manifiesto.
Picasso es comunista?
ResponEliminaYo...tampoco!
Salvador Dalí.
¡qué maravillosa historia! Una iniciación ritual, pasión y abandono... una escena tan primitiva y tan fuerte: me encantaría ir a Horta de Sant Joan!
ResponEliminaComo Xabier, no me imaginaba nada parecido de Picaso...
Horta de Sant Joan es un pueblo precioso, y está en una región maravillosa. Le aconsejo visitarlo.yo lo hago muy a menudo.
EliminaHorta de Sant Joan y "Els Ports" es un lugar para perderse,,,
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