Los últimos meses estamos viendo un repunte en los nuevos diagnósticos de VIH, sobretodo en el colectivo HSH (hombres que tienen sexo con hombres). La percepción de que "el virus ya no mata" o el cansancio del preservativo pueden ser algunas de las causas, pero posiblemente no las mas importantes.
La realidad nos señala que la opinión pública de nuestro país sigue estigmatizando a las personas seropositivas, Los sentimientos que tienen los españoles hacía los seropositivos son los de pena, miedo o asco. Mas de diez millones de españoles son partidarios de políticas discriminatorias y anticonstitucionales contra los portadores del virus.
Gracias al estudio 'Actitudes de la población española hacia las personas con VIH' elaborado por la sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA), dirigido por María José Fuster, conocemos lo que los españoles opinan sobre los seropositivos.
Un 20 por ciento de los españoles considera que la ley debería obligar a que las personas con VIH estén separadas en ciertos lugares para proteger la salud pública y más de un 18% está a favor de que los nombres de los infectados con el virus se publiquen en un listado para "poder evitarlos". El 59% afirma que se sentiría incómodo si su hijo tuviera un compañero en el colegio infectado con el virus y un 40% de ellos incluso lo llevaría a otro colegio.
Del mismo modo, el 44,5% de la población se sentiría incómodo si un empleado de la tienda donde compra habitualmente estuviera infectado o padeciera la enfermedad y el 52,3% trataría de ir a comprar a otro establecimiento. En esta línea, el 30,8% de la población estaría incómodo si algunos de los compañeros de trabajo tuviera el VIH y el 31,1% pediría que esa persona fueses cambiado a otro sitio o se cambiaría si pudiese. Además, un 18,8% de los entrevistados no mantendría ningún tipo de relación con una persona infectada, frente al 42,2% que ha declarado que mantendría una amistad y el 6,5% que podría apostar por una relación estable.
Compartir un vaso (15 %), una picada de mosquito (34%), compartir aseo personal o un baño público (20%) siguen considerandose prácticas de riesgo. El 19,3% de la población considera que las persona infectadas son culpables de padecer su enfermedad y una de cada cuatro cree que no toman medidas preventivas para evitar la trasmisión.
El 93% de los encuestados no aceptaría como pareja una persona positiva, un 80 % no aceptaría tener relaciones sexuales ni con protección y un 55% no aceptaría como amigo a un seropositivo.
Las consecuencias de todo ello es que por el miedo a un diagnóstico positivo la población no se hace la prueba. El no hacerse la prueba significa que casi un 40 de los seropositivos desconocen su estado serológico (o no quieren saberlo) y son la principal causa de transmisión del virus. Otra consecuencia es que cuando al final se la realicen seguramente ya estarán en la situación SIDA y su recuperación será complicada con riego de muerte incluida. Un diagnóstico precoz permite prolongar la vida 35 años, mientras que en caso contrario pueden acabar "en una silla de ruedas" o desarrollar un tumor que les lleve a la tumba.
Las personas que están con control médico tienen la carga viral baja y un nivel aceptable de defensas, es decir no van a desarrollar enfermedades oportunistas y además dificilmente podrán transmitir el virus. Quienes no lo están son factor de riesgo de transmisión por su alta carga viral y pueden desarrollar facilmente graves enfermedades dada sus bajas defensas.
Las campañas de los sectores conservadores y religiosos contra cualquier campaña de educación sexual que pueda llegar a los jóvenes o las opiniones poco científicas de los grupos negacionistas son también factores que inciden negativamente en la lucha contra la pandemia. María José Fuster, autora del estudio, lo considera:"un terrorismo sanitario para la Salud Pública y un auténtico genocidio",
Mas información:
http://www.lukor.com/not-soc/cuestiones/portada/09051916.htm
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