dimecres, 15 d’agost del 2012

"TODA PERUANIDAD ES UN TRAVESTISMO"



La frase no es mía, es de  Giuseppe Campuzano autor del Museo travesti del Perú (2008).  él mismo nos cuenta: “El Museo travesti del Perú nace de la necesidad de una historia propia –una historia del Perú inédita–, ensayando una arqueología de los maquillajes y una filosofía de los cuerpos, para proponer una elaboración de metáforas más productiva que cualquier catalogación excluyente. Se trata de un ‘museo falso’ (como el apelativo de ‘falsa mujer’ con que este lenguaje maniqueo nos adjetiva). Museo embozado, cuyas máscaras –la artesanía, la fotocopia, la gigantografía, el banner, esos sistemas de producción en masa– no ocultan sino, al contrario, muestran. No camuflan sino travisten”.



El libro Museo travesti del Perú (2008) es un libro cuadrado de tapas rosas y páginas a lo largo de las cuales se suceden ilustraciones, textos, recortes de periódicos, viejas ordenanzas virreinales, retratos, crónicas y cronologías. 

Giuseppe Campuzano se define como “travesti hasta en el nombre”, su nombre real es Frank Giuseppe Campuzano Espinoza, cuenta que "su cuerpo es en realidad una forma de vida atravesado por llamamientos que vienen de tiempos inmemoriales". 

GIUSEPPE CAMPUZANO.APARICIÓN. 2007. PERFORMANCE. FOTOGRAFÍA DE ALEJANDRO GÓMEZ DE TUDDO


En su obra aparecen desde las distintas condenas por travestismo a partir de 1776, el el travestismo  urbano ligado a una cierta mitología del glamour, el de  hombres casados que hacen de travesti en las fiestas, "Como “somos países muy machistas y militarizados”, dice Giuseppe, “mi premisa fue trabajar ‘conchudamente libre’, mezclando teoría queer con historia del Perú y con las historias de vida de mis amigas travesti”: un enfoque multidisciplinario que revelará todas las aristas del “cuerpo como político” (un pastiche de razas, géneros, situaciones y usos) que permita nada menos que “fundar una nueva nación para un nuevo cuerpo”.



Escena de calle, Biblioteca nacional de Francia, 1837
Vasija preincaica


Fiesta de los Sandi Suyos, Cuzco 1616.(indios que les gusta vestir como mujeres)

Para él esta realidad es anterior a la llegada de los españoles al Perú. Los primeros exploradores ya hablaban escandalizados de  los «hombres disfrazados de mujer», que pasaron a formar parte de la cultura oficial a través de los andróginos arcángeles  y que hoy forman parte del mundo del espectáculo o de los salones de belleza limeños. Eran los berdaches o chamanes  dos espíritus que podemos encontrar en distintos lugares de América.  Los cronistas atestiguaron esas prácticas y su transformación en travestis. (Pedro de Cieza de León, Crónica del Perú, 1553 ) Hoy lo que queda, dice Giuseppe, es que “el travestismo es un ritual y tiene una fuerte relación con lo sagrado”. Y precisa: “Fíjate que el 90 por ciento de las travestis son devotas, en una mezcla muy mestiza de catolicismo y chamanismo. Las travestis peruanas tienen incluso su propia santa, Sarita Colonia (aunque la Iglesia no la reconoce como tal)”.

La virgen del Pan, Arequipa, Perú (CHristian Flores)
Autorretrato, Christian Bendayán, Lima


Fotografía de rafael castro Ordoñes. Biblioteca Nacional, Madrid


Baltasar Jaime Martínez Compañón. Danza de los parlampanes. Danza de hombres vestidos de muger (1782-1785, Real Biblioteca de Madrid)
Arcángel arcabucero.


En esta obra intenta mostrarnos aquella realidad que se encontraron los conquistadores, la de los berdaches y chamanes unos personajes en los que lo masculino o lo femenino de diluía en una sola identidad:

Historiográficamente es patente el privilegio del travestismo de «masculino» a «femenino», contextualizado en una recopilación histórica machista que menospreció o simplemente fue incapaz de observar los actos de las mujeres como constitutivos de su historia. El libro Museo Travesti del Perú (2008) refleja de alguna manera dicho sesgo al tener que recurrir a aquella visión absoluta del mundo, como estrategia del proyecto Museo Travesti que, sin embargo, no lo agota. Existe pues una deuda hermenéutica con el travestismo de «femenino» a «masculino» a resolverse, como lo hace el feminismo con la mujer, pero no a partir de los abismos de las oposición binarias históricas, impugnados sexo y género como construcciones culturales. No será relevante establecer a qué sexo «pertenece» el travesti, sino el grado de subversión y las estrategias de simulacro en juego. Volviendo al libro, es significativo que uno de los hallazgos reseñados más antiguos no lo constituya un texto castellano binario sino la imagen de un personaje preínca con atuendos masculinos y femeninos de cuya sexualidad «original» no se dan indicios. 








2 comentaris:

  1. Entre los exvotos gais de México del otro día y esto, la verdad es que la vivencia de lo LGTB en Sudamérica resulta sorprendente. Para nosotros tal vez bizarra, aunque si miramos 50 años atrás podríamos seguramente encontrar en España un mundo gay-trans en lo folklórico que ahora nos sonaría tan chocante como este. Bravo por la búsqueda y la entrada, y si encuentra usted más...

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    1. Yo no entroncaría este mundo dentro del folklorismo, mas bien diría que se ha visto relegado a él por la discriminación y el estigma.
      Existían antes de llegar los españoles y eran mas aceptados, incluso jugaban un rol importante dentro de la sociedad como chamanes o curanderos, se les consideraba poseedores de dos espíritus y por lo tanto privilegiados.
      Algo parecido pudo pasar con las muxes mexicanas.

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