Donald Friend (1915-1989) fue un pintor, novelista y viajero australiano que mezcló su particular visión de las cosas con sus propias experiencias homosexuales. Jamás ocultó su homosexualidad, lo que le llevó a estar viajando prácticamente toda su vida.
Nacido en el seno de una rica de granjeros, pronto notó su fascinación por los rostros orientales, su primer amante fue un tailandés. Descubierto en la cama de su amante tuvo que huir al norte de Australia, donde siguieron amantes aborígenes, malayos o maorís. Puede regresar a Sindey donde se inscribe en la Escuela de Bellas Artes, allí conoce a un nigeriano con el que visitará este país durante dos años.
Tras alistarse como soldado de artilleria en la 2ª Guerra Mundial viaja por Italia, Sri Lanka, Bali... Por todos estos países puede vivir su homosexualidad con la libertad que en ellas se vive.
Sus dibujos o sus relatos reflejan esta libertad. Durante sus viajes dibuja a estos jóvenes con los que convive, generalmente amantes o sirvientes. Aunque no puede definirse su obra como pornográfica, la carga homoerótica es evidente. Ello hizo que su obra no fuera valorada hasta entrados los años 80, siendo hoy considerado uno de los mejores pintores de la historia de Australia.
Su obra literaria no es de menor interés. En su "Sundry notes and papers.." dentro de las amplias relaciones de viajes aparecen toda una serie de relatos homoeróticos narrados con una brillante ironía, allí pueden aparecer las preozas sexuales de todo tipo de personajes o una Caperucita Roja travestida y lesbiana con su abuela fetichista. En su "Donald Friend in Bali" nos cuenta su vida en esta isla junto su amante. Tras su muerte se publicaron sus memorias cuenta sus aventuras sexuales por los distintos países que visitó. Sus publicaciones no solo se valoran por su aportación a la literatura de contenido gay, hoy es todo un clásico de la literatura australiana.
Robert Aldrich (La acera de enfrente) nos cuenta que sus diarios se cierran con esta frase: "Adiós, mundo de bellos colores y agradables desnudos". Sin duba un bello epitafio de quien vivió plenamente de las aventuras y placeres de los paraísos orientales.
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Muy interesante la obra de este autor, Leopold. No la conocía... Abrazos y paciencia contra la censura... Ahí estamos todos contigo
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