Para la sociedad romana de inicios del s. III no era extraño ver que su emperador tuviera un amante masculino, tampoco que le gustara montar unas espectaculares orgías, lo que les escandalizó es que se quisiera convertir en emperatriz.
Tras la desastrosa campaña de Caracalla en Mesopotamia, las legiones romanas acabaron nombrando un emperador con sólo 14 años, se trataba Heliogábalo (203-222). Su nombre, al parecer, procede de la deidad fenicia El Gabal, patrona del lugar donde nació. De niño, honraba ya a este dios y a otros dioses fálicos, interpretando ritos sodomíticos. También de manera precoz fue "atormentador de animales, afeminado, ardiente amante y pasivo pederasta" (se dejaba seducir por personas mucho mayores que él). También importó un dios de Oriente que era totalmente extraño a los romanos, Baal; dios solar al que dedicó un templo y presidió sus rituales como su sacerdote.
El poder lo ejercía su propia madre, Julia Soemis Basiana, él se limitaba a tramitar sus ordenes. Sus excentricidades iban paralelas a las de su hijo, ejerciendo de gran meretriz en el mismo palacio. Para llegar al poder habían vendido la falsa idea de que el nuevo emperador era hijo ilegítimo de Caracalla. Durante su reinado las mujeres jugaron en papel esencial en la política romana, llegando a poder entrar en al Senado.
Según narra Elio Lampridio, historiador del silglo XV, en su "Historia augusta":"Los excesos de Heliogábalo no tuvieron fin. Buscaba emisarios por toda Roma que le procurasen hombres bien dotados y "representaba en la corte la leyenda de Paris, haciendo él mismo el papel de Venus, de tal manera que, inesperadamente, dejaba caer sus vestidos hasta los pies y se ponía desnudo, de rodillas, con una mano en pecho y otra en los genitales, echando hacia atrás sus nalgas y presentándoselas a su amante. Depilaba todo su cuerpo y configuraba además su rostro con la misma figura que a Venus, pues se consideraba capaz de satisfacer la pasión de muchísimas personas."
Según narra Elio Lampridio, historiador del silglo XV, en su "Historia augusta":"Los excesos de Heliogábalo no tuvieron fin. Buscaba emisarios por toda Roma que le procurasen hombres bien dotados y "representaba en la corte la leyenda de Paris, haciendo él mismo el papel de Venus, de tal manera que, inesperadamente, dejaba caer sus vestidos hasta los pies y se ponía desnudo, de rodillas, con una mano en pecho y otra en los genitales, echando hacia atrás sus nalgas y presentándoselas a su amante. Depilaba todo su cuerpo y configuraba además su rostro con la misma figura que a Venus, pues se consideraba capaz de satisfacer la pasión de muchísimas personas."
Las crónicas de Dión Casio, historiador romano coetáneo suyo, señalan que este emperador mantuvo relaciones sexuales con parejas de ambos sexos, optando casi siempre por una posición pasiva, le gustaba mostrar sus nalgas depiladas, también rivalizar con su madre en el viejo oficio de meretriz romana.
Se enamoró de un esclavo de colosal estatura y enormes genitales llamado Hieracles. Pronto ordenó su propio casamiento, en el que él sería la mujer que se uniría al esclavo-esposo. Tras la boda tenía lugar una impresionante escena de "desfloración" y "luna de miel", en medio de una colosal orgía pública. No era su primera boda, antes se había casado en cuatro ocasiones, una de ellas con una vestal, lo que levantó los peores augurios sobre su persona.
Fascinado por la idea de castrarse, y como se sentía mujer, este llegó a pedir a sus médicos que le practicasen una cirugía para cambiarse de sexo arrancándole el pene para en su lugar formar una vagina que hiciera posible su lascivia deseo de ser tomado y penetrado sexualmente, a cambio de una enorme suma de dinero. Ante la imposibilidad de lograrlo, los médicos tan sólo consiguieron hacerle un operación de fimosis, como solían hacer los egipcios o los judíos. Tras este incidente se vistió siempre de mujer.
Heliogábalo acabó siendo tiranizado por su superdotado gigante, siéndole fiel, de acuerdo con su estado, y efectuando los deberes domésticos así como los eróticos de una buena esposa. Pero fue su grotesca pasión por Hieracles lo que selló su destino. Concibió la fantástica idea de abdicar en favor de su esclavo, lo cual le habría convertido en emperador, mientras él, Heliogábalo, habría reinado como emperatriz pasiva.
Fascinado por la idea de castrarse, y como se sentía mujer, este llegó a pedir a sus médicos que le practicasen una cirugía para cambiarse de sexo arrancándole el pene para en su lugar formar una vagina que hiciera posible su lascivia deseo de ser tomado y penetrado sexualmente, a cambio de una enorme suma de dinero. Ante la imposibilidad de lograrlo, los médicos tan sólo consiguieron hacerle un operación de fimosis, como solían hacer los egipcios o los judíos. Tras este incidente se vistió siempre de mujer.
Heliogábalo acabó siendo tiranizado por su superdotado gigante, siéndole fiel, de acuerdo con su estado, y efectuando los deberes domésticos así como los eróticos de una buena esposa. Pero fue su grotesca pasión por Hieracles lo que selló su destino. Concibió la fantástica idea de abdicar en favor de su esclavo, lo cual le habría convertido en emperador, mientras él, Heliogábalo, habría reinado como emperatriz pasiva.
El emperador Heliogábalo y su madre fueron asesinados ahogados en las letrinas de palacio por su propia guardia pretoriana. Su cuerpos fueron arrojados al río. Su imperio empezó con 14 años y acabó a los 19.
Inmediatamente después de su muerte comenzó una campaña de propaganda contra Heliogábalo. Circularon sobre él muchas historias aun mas denigrantes y falsas, sus excentricidades fueron exageradas. Sus edictos religiosos fueron revocados, sus amantes asesinados, se prohibió que las mujeres volvieran a acudir a las reuniones del Senado, su nombre fue borrado de las inscripciones públicas.
Este emperador dejó, sin embargo, dos recuerdos que no han podido borrarse en la historia: la restauración del anfiteatro de Vespasiano, devastado por un incendio, y la conclusión de las gigantescas termas de su supuesto padre Caracalla.
La historia fascinó a literatos como Rubén Darío, Antonín Artaud o Edgar Allan Poe, a pintores como Alma-Tadema o Simeón Solomon, o incluso el cine mudo reflejó en varias ocasiones esta historia.
Mas información:
Comentarios sobre los textos de Elio Lampridio
Las orgías del joven dios-mujer
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Excelente blog. Tiempo sin visitarlo... Lo revivo.
ResponEliminaExcelente reseña. Muchas gracias por compartir esta interesante información.
ResponEliminaMe interesó el tema por la ópera del mismo nombre de Cavalli. Saludos
Muy buena la biografia de este emperador Romano.
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