"El sodomita y la inquisición" es una novela histórica de Rocío Rodríguez que nos muestra el terror en que vivían muchas personas, especialmente los "sodomitas", a mediados del siglo XVII.
La época de mayor persecución de la sodomía en la Península Ibérica fue los siglos XVI y XVII. El clima de terror que crearon las autoridades civiles en Castilla o los tribunales del Santo Oficio en los reinos de la Corona de Aragón, ha dejado pocas huellas para conocer como vivían estas personas o simplemente en qué condiciones se desarrollaban las relaciones sexuales durante esta época.
El interesante trabajo de Rocio Rodríguez, "Sodomía e Inquisición, El miedo al castigo", investigando en las actas de la Inquisición, nos ofrece una oportunidad para conocer esta dura realidad. Este ensayo le ha llevado a escribir la novela histórica "El sodomita y la inquisición", una obra que nos muestra el pánico y el terror que vivían quienes estaban fuera de las normas establecidas a mediados del siglo XVII.
El interesante trabajo de Rocio Rodríguez, "Sodomía e Inquisición, El miedo al castigo", investigando en las actas de la Inquisición, nos ofrece una oportunidad para conocer esta dura realidad. Este ensayo le ha llevado a escribir la novela histórica "El sodomita y la inquisición", una obra que nos muestra el pánico y el terror que vivían quienes estaban fuera de las normas establecidas a mediados del siglo XVII.
La reseña del libro nos ofrece este resumen de la novela "Un día en que se estaban bañando juntos, a Pedro se le resbalaron los calzones y apareció delante de él completamente desnudo... No pudo resistirse ante tal visión y esa fue la primera vez que se unió a un varón... Ése fue el principio de la historia de Gonzalo, que le llevaría a huir de la casa de sus padres y a vivir difíciles y a veces trágicas situaciones en la Corona de Aragón y en Madrid, siempre bajo la negra amenaza de los terribles castigos que la Inquisición imponía a los sodomitas, hasta intentar una nueva vida en la costa de Marruecos. Los hechos históricos que aparecen en esta novela están extraídos del ensayo de la misma autora Sodomía e Inquisición: el miedo al castigo."
Rocio nos muestra un mundo dominado por el miedo, la delación y el chantaje, una sociedad en la que todos podían ser sospechosos y caer en manos del Santo Oficio. Ser mendigo, cristiano nuevo, judio, musulmán, sodomita... o simplemente librepensador podía derivar en trágicas consecuencias.
Salvo algunas excepciones, ( Antonio Pérez secretario de Felipe II, o el noble valenciano Pedro Galcerán de Borja,) la Inquisición actuaba siempre contra los mas débiles. En su blog , Rocio, nos cuenta: "Los acusados de sodomía eran encerrados, por lo general, en las cárceles secretas. Sólo en contadas ocasiones fueron llevados a las cárceles de los familiares, o a las comunes. Las cárceles secretas se distinguían del resto, en que los presos estaban completamente aislados del mundo exterior. A los herejes se les instalaba en celdas individuales, pero los sodomitas - según se desprende de algunos procesos - estaban con otros hombres en la misma celda. Cuando una persona era liberada, al abandonar la cárcel secreta, debía hacer juramento de que en ningún momento repetiría nada de lo visto u oído, estuviese o no relacionado con su caso.
Romper este juramento podía acarrearle duros castigos.""
La descripción que hace de las cárceles del Matarraña (Massalió, Calaceit i Ràfels) es terrible. Celdas pequeñas sin luz ni ventilación, llenas de humedad, malolientes y con un temible pozo al que llaman alzapón. Se trataba de una peculiar mazmorra, estaba destinada a los presos más peligrosos o a los que se le quisiera infligir un especial castigo, su acceso no era una pequeña puerta armada de un poderoso cerrojo sino una gruesa trapa de hierro colado que daba acceso a un agujero en el suelo por el que se descolgaba al reo, sobra explicar que indudablemente antes le llegaba la muerte que el juicio.
Alzapón |
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La novela es una "pied-movie" ( va recorriendo a pie los distintos territorios) que va describiendo zonas, como las temibles cárceles del Matarraña, e historias que van conociendo y encontrándose. En una de estas historias nos cuenta que llegando los inquisidores a un pueblo aragonés, estos advirtieron ala población de la necesidad de confesar antes de que los tribunales actuasen. Una mujer, asustada o interesada, se presenta ante el Tribunal y declara que su marido la había intentado "conocer por detras", ella se negó. Enterado el marido acude inmediatamente a declarar, pero no se libra del castigo. Al declarar voluntariamente salva la vida, pero le caen 100 latigazos, 5 años en galeras y el destierro posterior.
Otro papel sorprendente en este mundo de terror era el de los médicos, cirujanos. Su función era controlar los reos, dictaminar si tenían desgarros anales, ayudar a los torturadores a proferir terribles daños a quienes caían en sus manos, evitando su muerte para poder proseguir con sus sádicas sesiones.
Puede encontrarse en libro en La Casa del Libro o la librería Antinous de Barcelona. También puede conseguirse vía Amazón: http://www.amazon.com/El-sodomita-Inquisici%C3%B3n-Spanish-Edition/dp/8415523858
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