diumenge, 7 de novembre del 2010

DIA DE LA SOLIDARIDAD INTERSEXUAL.

El “dia de la solidaridad intersexual” es una conmemoración promovida por la Organización Internacional Intersexual”, una de las muchas asociaciones que existen dentro de lo que, en estas fechas, se entiende por intersexualidad. Este día se ha elegido por ser la efeméride del nacimiento de Herculine/Abel Barbin, una de las primeras personas intersexuales de las que guardamos registros biográficos.

Barbin fue un hombre nacido con genitales intersexuales a quien, el día de su nacimiento, confundieron con una niña y educaron como tal. Sin embargo, como otros casos de hombres con genitales subvirilizados, siempre tuvo una identidad sexual inequívocamente masculina y tras una vida realmente complicada, pudo ver legalmente reconocido su verdadero sexo (varón). Las consecuencias de una existencia tan difícil, le llevaron al suicidio en 1868.

Afortunadamente, en nuestros días, 142 años más tarde, el panorama para las personas intersexuales ha cambiado radicalmente gracias a los esfuerzos realizados por activistas y familiares que apostaron decididamente por un futuro mejor para todas las personas nacidas con una intersexualidad (actualmente denominada DSD). Este esfuerzo, sumado al realizado por los profesionales médicos, resultó en una guía de buenas prácticas publicada por “Pediatrics” en 2006 bajo el título de “Consensus Statment on the Management of Intersex Disorders” y en el que se recoge explícitamente la siguiente aseveración: “Un punto clave sobre el que enfatizar es que el bebé DSD tiene el potencial de convertirse en un miembro bien ajustado y funcional de la sociedad”. En este mismo documento se estipula que cualquier intervención quirúrgica a un bebé DSD debe hacerse con la finalidad (primero) de mantener su vida, (segundo) de garantizar la funcionalidad del aparato genitourinario del bebé, (tercero) hace hincapié en garantizar la calidad de vida futura del bebé y deja las intervenciones innecesarias y de tipo cosmético a la elección del bebé cuando se convierta en una persona adulta.

Por tanto, una vez que no cabe revindicar aquello que lleva cuatro años definido y acordado, luchar contra el estigma y contra el desconocimiento acerca de lo que significa realmente la intersexualidad, debería ser nuestro principal objetivo. Sobre este aspecto sería interesante recordar una serie de puntos.

  1. Por intersexualidad entendemos aquellas situaciones que, hace años, eran llamadas hermafroditismos. Tiene que ver con el estado de los genitales de una persona al nacer y consiste en una situación donde el aspecto de los genitales no permiten dilucidar a qué sexo pertenece el bebé. Existe multitud de diferentes condiciones de intersexualidad.
  2. En sus condiciones más serias, incide en un 0,018% de la población (algunos informes hablan del 0,022%) y, sumando las situaciones más leves (hipospadias o ambigüedades genitales), en un 1% de todos los nacidos. En todos los casos son situaciones congénitas, lo que significa que no han sido provocadas voluntariamente por la persona.
  3. La identidad sexual no tiene nada que ver con los genitales. Algunas mujeres nacen con pene y algunos hombres nacen con vagina. Al llegar a la edad adulta, reasignan sus cuerpos conforme a su identidad. Los genitales no informan sobre nuestra identidad sexual. Cualquier persona transexual nos puede dar ejemplo de ello. De la misma manera aunque en sentido contrario, nacer con unos genitales “indefinidos” no conlleva ninguna identidad sexual “indefinida” ni “intermedia”.
  4. No debemos confundirlo (ni permitir que otros/as/xs lo hagan) con lo que, en todo caso, debería denominarse “personalidad intergénero”. La intersexualidad:
    1. Es algo biológico y congénito.
    2. No responde a ningún activismo político ni a posicionamiento filosófico alguno que use el cuerpo como exponente del activismo personal.
  5. El debate sobre si se debe o no intervenir en los genitales de los bebés nacidos con intersexualidad es falso. Este debate quedó cerrado, tras años de trabajo, en el documento al que ya nos hemos referido “Consensus Statment on Management of Intersex Disorders” en cuya redacción participó un grupo numeroso de activistas intersexuales. Es muy importante recordar que las intervenciones no se hacen meramente por cosmética. Por ejemplo, un bebé nacido con ambigüedad genital cuyos testículos inguinales no se hagan descender, correr un riesgo muy alto de que éstos se deterioren y que se dificulte su maduración sexual en la pubertad así como que su calidad de vida futura se vea afectada (descenso de la libido, osteoporosis temprana, cáncer de próstata, etc.).
  6. Sobre la vida cotidiana de las personas nacidas con intersexualidad, Anne Fausto-Sterling en su libro “Cuerpos sexuados” realiza una revisión de los estudios sobre personas nacidas con intersexualidad publicados entre 1950 y 2000. Recoge dos conclusiones interesantísimas:
    1. Para sorpresa de algunos, las personas nacidas con una intersexualidad nos adaptábamos perfectamente a nuestra situación y manteníamos relaciones sexuales y afectivas satisfactorias y felices.
    2. De las 83 personas referidas en esta revisión, el 86% estaba a gusto con el sexo que se le asignó al nacer. El 14% solicitó una reasignación. El 0% (ninguno/a) dijo que no se sintiese o bien hombre, o bien mujer. Los datos parecen indicar que sí estamos muy dicotomizados por naturaleza.

Muy probablemente, focalizar sobre el dolor y el sufrimiento, así como el mantener posturas victimistas sólo contribuye a perpetuar la interiorización del estigma en personas nacidas con intersexualidad y perpetúa su vulnerabilidad e invisibilidad. Lo más constructivo es una postura madura que reconozca los problemas del pasado (que todos los colectivos han vivido a lo largo de su historia) pero que no se focalice en ellos sino que se preocupe del bienestar de las personas y de la solución de lo que ellas consideren necesario.

Gabriel J. Martín.


[1] Gabriel J. Martín. Nacido con una intersexualidad del tipo 46XY con unos genitales externos de aspecto femenino que virilizaron en la pubertad. Hasta entonces había sido criado como niña aunque su identidad sexual fue inequívocamente masculina.


2 comentaris:

  1. Yo tengo contacto con una persona intersexual que no se considera ni hombre ni mujer. Es cierto que ha elegido una de esas dos identidades en su vida, la de mujer, pero incluso así no piensa que sea una mujer.

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  2. Xabier Lizarraga Cruchaga13 de gener del 2011, a les 16:07

    Bien, como siempre, Leopold.
    El gran problema es la concepció binaria de la realidad sexual (y de la realidad en general). Yo por eso trato de no utilizar el término "intersexual", porque parte de la noción de que sólo hay dos sexos: "hembra" y "macho" (de donde derivan dos sexo-géneros: "femenino" y "masculino", y lo que está entremedio se piensa y describe como indefinición. Prefiero el concepto no médico, sí biológico, de "hermafroditismo" (que remite a una concepción mitológica griega), del que se asume que existen matices, diversidad de expresiones biológicas.
    Lille: a quien conoces evidentemente tiene que asumir una identidad entre las dos opciones oficiales: "hombre" o "mujer", porque la sociedad así se lo exige para todo tipo de documentos. Pero incluso hay individuos que biológicamente son "machos" o son "hembras" y que también tienen una identidad ambigenérica o como lo denomina José Antonio Nieto: "dualidad de género", aunque debiéramos reconocerlo como una realidad por sí misma (y también matizada) que debería ser denominada de otra forma... de la forma que los que la tienen decidan ¿no?

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