Hermann von Teschenberg fue amigo de Oscar Wilde y tradujo sus obras al alemán, colaboró activamente con el Comité Científico Humanitario de Magnus Hirschfeld y fue el único miembro del Comité que se definió como homosexual: “Es mi naturaleza”.
Poco conocemos de sus orígenes. Sabemos que nació en Viena en 1860, miembro de una importante familia de diplomáticos, llegó a conocer a Alfonso XII y a la emperatriz Elisabeth. Se casó, pero en 1893 fue pillado manteniendo relaciones con un joven en un parque vienés. Para evitar la condena huyó a Italia, allí la homosexualidad no era perseguida.
Mas tarde viajó a Inglaterra , allí entabló amistad con Oscar Wilde, llegando a mediar en los conflictos entre éste y el padre de su joven amante Lord Douglas.
En 1898 marchó a Berlín integrandose en el Comité Científico de Magnus Hirschfeld . Aunque éste grupo ya se había constituido anteriormente, se le consideró uno de sus fundadores. Allí trabajó con activamente, especialmente para su revista Jahrbuch für sexuelle Zwischenstufen (Anuario para los estados sexuales intermedios). Llagó a posar para el Anuario travestido, para poder visibilizar las teorías que defendían.
A esta fotografía suya le añadió un texto: «Hallándome totalmente convencido de la justicia e importancia de su cometido, y no por vanidad o cualquier otro motivo egoísta, le mando esta fotografía en la que se revela mi verdadera naturaleza. Firmado: Barón Hermann Von Teschenberg». (1)
No eran tiempos fáciles en Alemania, el célebre párrafo 175 estaba en vigor y a menudo los homosexuales eran víctimas, no solo de la represión policial y judicial, también por la propia sociedad que los consideraba “desviados sociales”. A inicios del nuevo siglo ser homosexual en Alemania significaba discriminación, pérdida del puesto del trabajo y encarcelamiento.
En 1905 regresó a Nápoles, Italia, donde vivió el resto de su vida. Falleció en 1911. Magnus Hisrchfeld le dedicó este texto en el Anuario:
«Desde la primavera de 1898 a mayo de 1905 no pasó un día en el que, con el sentido del deber y la escrupulosidad que le caracterizaba, no apareciera en la oficina del Comité al tocar las diez, para dedicarse durante varias horas al trabajo liberador, escribiendo miles de cartas, mandando textos educativos, de palabra y por escrito, y particularmente convenciendo a muchos de la justicia y la necesidad de esa lucha. Fue un sacrificio propio altruista el que pusiera a disposición su foto vestido de mujer para el Jahrbuch für sexuelle Zwischenstufen, un hecho, cuando en una ocasión, durante un ataque contra una conferencia que estaba realizando delante del público, subió a la tribuna profundamente agitado, pero con la mayor sencillez y objetividad, para contar su propia vida. A través de su militancia altruista a favor de una causa justa, que demostró en este y muchos otros casos, dejó una gran huella y convenció a muchos». Hirschfeld, Jahrbuch n° 12, p. 243–245 (2)