diumenge, 12 de febrer del 2023

LA SODOMÍA EN LA ALTA EDAD MEDIA.

 El conocimiento sobre como fueron las realaciones homosexuales en la Alta Edad Media es aun contradictorio y a menudo con pocos datos.

Pocas sentencias, muchas leyes y escasas evidencias han llegado hasta nosotros. Un ejemplo fue el período de Carlomagno. Por las leyes promulgadas fue una época de persecución, pero su más importante ministro, Alcuino de York, quería convertir Aquisgrán en la nueva Atenas, mientras escribía bellos poemas amatorios hacía otros frailes más jóvenes. Algo parecido ocurrió con el emperador Justiniano, su esposa la emperatriz Teodora fue protectora de prostitutas y sodomitas.


Bible moralisée (1220s);  (Codex Vindobonensis); Österreichische Nationalbibliothek, Viena


En esta entrada voy a compartir algunos datos que han llegado hasta nosotros. Para ello cuento com la excelente web de Rictor Norton, la historia de gais y lesbianas de Richard Aldricht, publicaciones sobre cristianismo de John Boswell y diversas entradas mías tanto de este blog como del Grupo de Estudios sobre Homosexualidad de facebook:   https://www.facebook.com/groups/leopoldest/media  Al final una breve bibliografia.

San Dunstan, s X, elaboró el primer compendio de leyes que señalaban la sodomia como crimen, parece ser con escaso éxito.

I

Los registros escritos sobre la persecución de la sodomia son escasos, tres pueden ser los motivos

-Cuando un sodomita era quemado en la hoguera, todos sus papeles y los registros del juicio eran quemados junto con él para evitar el contagio. 

-Muchas de estas leyes eran simplemente recreaciones de estatutos más antiguos.

-Se utilizaron para eliminar personajes molestos o enemigos del poder.


En la España goda, el rey Kindasvinto en el año 650 emitió un edicto contra la "depravación moral execrable" y ordenó que aquellos acusados de estos actos se arrepientan o fueran excomulgados y castrados. Era una ley muy práctica, trataba al sodomita condenado como muerto legalmente y permitía que una mujer, si la hubiera, volviera a casarse y que los hijos, si la hubiera, recibían sus bienes.

El rey Égica en el XVI Concilio de Toledo en 693 instó a frenar más la sodomía, y el criminal se vio obligado a cortarse el pelo ya recibir 100 azotes, tras las cuales era castrado y enviado al exilio. A pesar de ello no se tiene constancia de ningún proceso contra los sodomitas en esta época.

Estas leyes estuvieron vigentes hasta la aparión de los primeros fueros de los reinos cristianos en los que apenas se hacía referencia aa la sodomía. Fueron las Leyes decretales del Papado las primeras en señalar la sodomia como crimen, 1250, a instancias del predicador Ramón de Penyafort.

IMAGEN. Égica Rex, Codigo Emilianense, siglo X, Real Academina de Historia, Madrid.



II

Hasta el siglo XIII no se prohibió en los monasterios a los monjes y monjas dormir juntos. En parte por la escasedad de camas, en parte por considerar que el celibato no impedía la existencia de sexo entre ellos, y se consideraba un pecado menor, sujeto a penitencias, pero no a la expulsión del monasterio.
Curiosamente el sistema penitencial medieval de los monasterios, nos indica qué hacían los homosexuales en la cama. Los autores de los manuales de penitencias, escritos mayoritariamente en las iglesias celtas mas puritanas de Irlanda, Gales, Inglaterra, Francia y Alemania desde 569 hasta 1008 aproximadamente, hablan de los "pecados" de Sodoma antes monjes y monjas.
Cada acto se clasificaba según su grado de pecaminosidad. La penitencia básica consistía en la automortificación: el ayuno con pan y agua los días considerados santos. La principal diferencia entre las penitencias era la cantidad de tiempo que se requerían. Si los pillaban besando, los menores de 20 años estaban sujetos a 6 ayunos especiales; 8 ayunos si era "besos licenciosos", 10 ayunos si era "besos con emisión"; más si implicaba masturbación mutua; y mucho más largo si eran mayores de 20 años. A veces la penitencia era mayor para el insertor que para el receptor. Cabe subrayar que todas estas penitencias son por actos entre adultos mutuamente consentidos, también recordar que esto ocurría en los monasterios mas estrictos. la abundante producción epistolar que nos ha llegado muestra que el amor entre ellos fue más importante que las penitencias.


III
Los homosexuales medievales hacían prácticamente las mismas cosas que los modernos, esto lo podemos ver a través de las penitencias aplicadas, no a través de sentencias contra ellos, pues son inexistentes.
También sugieren que el amor medieval entre ellos estaba lo suficientemente extendido como para ser observado con bastante precisión.
Cierto que la iglesia oficial durante esta época tenía una fuerte aversión hacia todo lo relacionado con el sexo, pero hay pocas evidencias de que estas penitencias se aplicaban severamente en la práctica real. Seguramente por que en los monasterios el confesor puede ser tan "culpable" como el confesado; por ello se cree que las penitencias puedieron haber sido ligeras o inexistentes.
Con el paso del tiempo las expresiones alegres de amor gay o lésbico se hicieron cada vez más raras en la poesía medieval mientras que, al mismo tiempo, aumentó la sátira anti-gay, especialmente en la Baja Edad Media. La mayor parte de la amistad en la literatura demuestra que con el paso del tiempo el clero siguió el consejo de Agustín e intentó reprimir sus emociones a favor del "amor espiritual".
Petrus Damiani publicó su Liber Gomorrhianus (sXI), un libro entero dedicado a condenar la sodomía (al que llamaba el vicio desenfrenado) con una retórica repugnante, instando a la máxima penitencia para toda actividad homosexual (excepto la felación, que olvidó curiosamente) .
No tuvo excesivo éxito y fueron muchas las voces que se alzaron contra él. León IX instó al clero a aplicar las penitencias con cuidado y con atención a la edad del pecador. León consideraba que de aplicar duras penitencias, podía quedarse sin clero.
Más: 

GAYS Y LESBIANAS. VIDA Y CULTURA  Robert Aldricht.
Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad, Jonh Boswell.

Internet:


divendres, 10 de febrer del 2023

ALIPIO, EL JOVEN AMANTE DE SAN AGUSTÍN.

 Aunque el propio San Agustín afirma en sus Confesiones que fue su amante, las biografías oficiales señalan una "amistad duradera" o "de toda la vida"- Como en otros casos, su biografía tiene dos versiones.

San Alipio y San Agustín leyendo la epistola de San Pablo. 
                                   Benozzo Gozzoli , s XV,  Sant'Agostino in San Gimignano

San Agustín nos habla de sus deseos carnales en sus confesiones:

"Cuando llegué a Cartago, a mi alrededor bullía un caldero de amores ilícitos. Yo nunca había amado y estaba ansioso por amar. ( ... ) Me parecía dulce amar y ser amado, y mucho más si podía disfrutar del cuerpo de la persona amada. De modo que contaminé el agua primaveral de la amistad con la suciedad de la concupiscencia. Enlodé su limpia corriente con el infierno de la lujuria y, a pesar de ser impuro e inmoral, con mi exceso de vanidad solía comportarme como un hombre de mundo que frecuenta los lugares elegantes que están de moda. Me zambullí de cabeza en el amor, ya que anhelaba que me atrapase"
  
Agustín bebió del maniqueismo que curiosamente era condescendiente con las relaciones homosexuales a pesar de que condenaba la búsqueda de los placeres sexuales. Él mismo nos habla de la dulce relación que mantuvo con un joven cristiano, "lo mas dulce que experimenté en mi vida", la relación duró un año pues el joven murió:

"Fue arrebatado a mi locura para poder ser preservado contigo para mi consuelo. Pocos días después, estando yo ausente, regresaron las fiebres y falleció". San Agustín quedó desolado. "Todo lo que había compartido con él, sin él quedaba reducido a un tormento cruel. ( ... ) Me sorprendía que siguieran vivos otros mortales puesto que había muerto aquel a quien yo había amado como si no fuera a morir jamás. Y me sorprendió aún más el hecho de que mientras él estaba muerto yo estuviera vivo, porque él era mi "otro yo". Ya lo había dicho alguien refiriéndose a su amigo: que "era la mitad de mi alma". Había llegado a sentir que mi alma y la suya eran "una sola alma dentro de dos cuerpos". De modo que mi vida se convirtió en un horror. No quería vivir sólo con la mitad de mí mismo, y tal vez el motivo por el cual le temía tanto a la muerte era que entonces habría muerto la totalidad de mi amado amigo."


Alipio de verde son los santos Agustín y Posidio.

Alipio provenía de una familia aristocrática de Thagaste. Fue alumno de Agustín en Cartago. A medida que "la amistad" de Alipio con Agustío empezó a profundizar (Agustí le llamaba el hermano de su corazón), también lo hizo su interés por el maniqueísmo. Alipio admiraba los estrictos decretos de castidad de los maniqueos, y creía que el matrimonio interferiría en la búsqueda de sabiduría con sus amigos.

En las Confesiones (6.8.13) se refiere Alipi como "el joven". A pesar de sus creencias morales fuertes, fue llevado por amigos para ver juegos romanos violentos en la arena, no pudo controlarse a causa de los sonidos. sucumbió y abrió los ojos. Para su horror, se encontró disfrutando del espectáculo e incluso invitó a otros amigos a venir con él más tarde. Sin embargo, finalmente se arrepintió de ello.

En 384 se unió a Agustín en Milán, donde fue expuesto a la predicación de del poderoso obispo Ambrosio, allí estuvo presente en el jardín de Milán en la conversión de Agustín. Según la biografía oficial él y Agustí fueron bautizados por Ambrosio en la vigilia de Pascua en abril de 387. ¿Pero se convirtieron ambos?

Seguramente el joven Alipio podría haber fallecido un año antes, en 386, se desconoce su edad, pero Agustín de Hipona tenía entonces 32 años. Lo cierto es que en el santoral le otorga una larga vida, donde llegó a obispo, participó en el Concilio de Milevio y el papa Gregorio XIII añadió al Martirologio romano en 1584, sin haber sido mártir ni tal vez haberse convertido al cristianismo.






Lo cierto es que Agustín se arrepintió de su amor por él, justo en 386, año en que abandonó el maniqueísmo y el joven murió. Un amor que antes había sido más intenso que su amor por Dios.

GUY HOCQUENHEM, RACE D'EP