divendres, 22 de desembre del 2023

Baudri de Bourgueil, el abad que amó a los jóvenes.

 Baudrí de Bourgueil (1046-1130), fue un poeta e historiador francés, abad benedictino de Bourgueil y más tarde obispo de Dol-de-Bretagne entre 1107 y 1120. Su obra sintetiza la transición de las pasiones ascéticas de la tradición amorosa monástica, a la poesía decididamente erótica,de los siglos XI y XII.


Les frères de Limbourg, Bible moralisée, Paris, Bibliothèque nationale de France, ms français

Gran parte de su poesía responde al viejo estilo del afecto apasionado, y a la vez espiritual, como el poema de Godofredo de Reims, a quien le ofrece inmortalizarlo en verso, o al poema lírico de Walafrido a Liutgero («Ahora no hay de mí nada para ti excepto una simple prenda de amor»). En muchos de estos versos está claro que la pasión que expresan no se relaciona con la atracción física. Cuando escribe a Galo, por ejemplo, le dice: «Te amo intensamente, porque eres intensamente amable», pero continúa explicando que «es tu talento lo que me hace amarte».

En otros no hay alusión alguna a afinidad espiritual. «Ni la rosa ni la violeta adornan tanto la primavera / como tú embelleces, solo, el rebaño de los jóvenes»: estos versos están dedicados a un joven con el que nunca se encontró; había oído hablar de la extraordinaria belleza del joven y, según dijo, no pudo esperar a juzgar personalmente esa gracia.


Baudri de Bourgueil



Otros poemas quedan al borde del candor del «ídolo de Venus». Hay una sección de ochenta versos  dedicados a un hermosísimo muchacho cuya arrogancia es un fastidio particular para Baudrí y un reproche a un hombre joven que le ha escrito con veladas alusiones, lo que provoca las siguientes palabras de Baudrí:  «Si quieres ser mi muchacho, aclara esas alusiones».

Entre los muchos poemas de amor dedicados a un tal Juan, se encuentra su queja acerca de la inconstancia de la juventud:


Me admiro y no logro admirarme lo suficiente

de que mi Juan no haya vuelto a mí, solícito,

aunque siempre promete regresar.

O bien el muchacho se ha agriado, o bien me ha sacado de su mente.

El muchacho es inconstante, inconstante como la juventud.

En ninguna parte el hombre está a buen seguro, en ninguna parte lo bastante diligente.


Baudrí fue por dos veces expulsado del cargo por misteriosos escándalos, pero no hay pruebas de que estos escándalos guardaran relación con referencias eróticas. Por otro lado, como obispo, estaba convencido de que había que mantener una fachada para el público («El amante prudente disimula los actos de amor») y escribió extensamente a su amado Pedro –cuyo peine llevaba siempre consigo como recuerdo de su amor– sobre el tema de la discreción en «el juego». «Si puedes, manten tus actos por encima de toda censura, pero si no puedes, guárdate al menos las confidencias para ti mismo.»


Les Belles Heures du duc de Berry, f 1405-1409. Metropolitan Museum of Art, The Cloisters collection



En unos pocos pasajes, Baudrí trataba incluso de renegar de su poesía amorosa, aduciendo que la había escrito como si sintiera el aguijón del amor joven: Pero ni el amor joven, ni el pecado grave, me extraviaron jamás; simplemente me divierte una broma, pues soy una persona juguetona.

«Nunca –proclamaba– el mal amor me afectó.» Hasta las negaciones de Baudrí revelan actitudes profundamente alteradas respecto de los gays y sus sentimientos. El problema decisivo, naturalmente, estribaba en la conveniencia o no de que un obispo escribiera poesía erótica, no en el sexo de los destinatarios de esa poesía. Baudrí admite francamente que escribió poesía para ambos sexos: «He escrito a muchachos, no he descuidado a las chicas». Se conserva un importante epistolario con la monja Constanza de le Ronceray:

Hace un tiempo me eras conocida solamente por tu fama o conocida, apenas, por encuentros públicos;ahora vives en mí, no como una joven compañera de rebañosino como una muchacha de renombre en el rebañoque la sabiduría mantuvo caliente con su propia mielpara que ahora tus pechos emanen su leche.Esto se me reveló recientemente al leer tus poemas,los que tú gratuitamente habías condimentado con néctar.Hacia ti corren los enjambres de alumnaspara que las abejas revivan con la miel de la abeja madre

Baudrí puede haberse sentido turbado por la reacción de los laicos a sus relaciones eróticas y su poesía, pero él, por su parte, aceptó claramente que el amor era algo bueno en si mismo y no tuvo ningún inconveniente en dirigir su amor a una persona de su mismo sexo. 


No enseñas tú a la edad, sino la edad a ti te instruye:

Venus supo cómo amar sin tus versos.

Dios hizo llenas de amor nuestras naturalezas;

Naturaleza nos enseña lo que le enseñó Dios.

Lo que somos es un crimen, si es un crimen amar,

pues el amor me dio también el Dios que me dio la vida. 


Bible Moralisée de Vienne, 1225-1249


Texto procedente de "Cristianismo, Toleramcia social y homosexualidad. John Boswell. Resumino con aportaciones propias.

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