divendres, 22 d’abril del 2022

FREDERICK ROLFE, CANTOR DE LA BELLEZA JUVENIL

 Frederick William Rolfe ( 1860-1913), más conocido como barón Corvo, se retrató a sí mismo como un nombre que resumía la quintaesencia inglesa. Utilizó múltiples seudónimos, aunque el más conocido fue el de barón Corvo. 





Fue un novelista excéntrico, además de fotógrafo, pintor y poeta. Católico y homosexual, quiso ser sacerdote, pero fue expulsado del seminario por no ocultar su orientación sexual. El título de barón Corvo tiene el origen en la duquesa Sforza Cesarini que lo adoptó como nieto, otorgándole este título. Su carácter polémico le llevó a ganarse la enemistad de quienes le ayudaron, acabando solo y arruinado en Venecia.

Rolfe seminarista, 1890



Rolfe nunca se mostró incómodo con su evidente homosexualidad, defendió el "amor griego", señalando su preferencia hacía los más jóvenes, no se le conoce ninguna relación con ellos. En sus poemas aparece este gusto por los jóvenes muchachos.

"Balada de los muchachos bañándose"


¡Una primorosa visión por mí nunca vista!
En una barca a la deriva y con hora disponible
en la costa de la tierra de las escocesas
bajo las sombras de los acantilados, miro
un tropel de chicos, delgados y gallardos,
que ríe en un encantador desorden
sabiendo que no hay miedo ni cuidado alguno,
los chicos que se bañan en la bahía de San Andrés.

...

El hondo azul del agua tan azul cual pueda ser,
rocas surgiendo altas entre el rojo llamarada de las nubes
muchachos con el color del marfil
arrostrando leves olas y buceando en ellas
muchachos blancos, rubicundos, morenos y desnudos
con luces y sombras entre el rosa y el gris
y como perlas el agua en su brillante cabello,
los chicos que se bañan en la bahía de San Andrés.

...

Una noche de verano y un mar de zafiro
una puesta de sol y un reverberar dorado,
se arrojan desde lo alto de escabrosas rocas
miembros maravillosos en el luminoso aire
frescos como una llama blanca ruborizada y bella
redondos brazos ágiles en la espumante sal
y el mar que en todas partes parece vivo con ellos,
los chicos que se bañan en la bahía de San Andrés.

Entre sus amigos estuvo Charles Masson Fox (1866–1935), un clérigo anglicano de su edad,  éste lo mantuvo y lo instaló en un palacio renacentista en el Gran Canal. Tenía un barco privado tripulado que se parecía a la barca de Cleopatra.  Rolfe y Fox nunca fueron amantes, pues la preferencia de ambos fue la de los jóvenes gondoleros.  Rictor Norton (2) señala que  "correspondencia entre ambos constituye una especie de masturbación mutua"Corvo esperaba que Fox obtuviera un placer vicario al saber cómo gastaba el dinero de su patrón en estibadores jóvenes y guapos" En una de las cartas de Rolke a su mecenas le decía:

Ahora te haré sentar. . . . Te he dicho que había dado una propina a Zildo y Carlo en tu nombre. Dos días después escribieron postales diciendo que habían ido a ver Caballería y Pagliacci al Teatro Rossini y les agradecieron el placer de su amable gentileza.
           Ahora sobre ayer. Me pareció haber llegado el momento de romper con toda precaución y prudencia. Así que lo hice, tan a fondo como quieras. Peter me conoció y le expliqué que me he quedado en cuanto a tu dinero, y le ofrecí a darle todo lo que me quedaba de los suyos para sus necesidades, y por un día de placer.
           ¡Si hubiera visto cómo me radiaba! Enseguida eligió el último. "Mi placer es estar con mi benefactor", dijo. ¡Te gustaría que un niño mayor de diecisiete sea tan dulce como eso! Y me cogió el bolso en el que yo tenía el dinero y se declaró a mi disposición.


Los últimos años de su vida mantuvo una apasionada correspondencia amorosa con el sacerdote católico Robert Hugh Benson, correspondencia que se perdió al morir este, dado que su familia las quemó. Pero la larga labor epistolar de Rolfe se conserva con gran admiración por unos críticos que la valoran más que su obra literaris. 

W. H. Auden dijo de Rolfe que  "tiene todo el derecho a estar orgulloso de sus garras verbales... Un gran vocabulario es esencial para el estilo insultante, y Rolfe a base de estudio y constante práctica se convirtió en uno de los grandes maestros del vituperio" Sus disputas, a veces paranoicas, aparecen en sus cartas enfrascado en frecuentes polémicas.

Rolfe conoció la obra fotográfica de Wilhelm von Gloeden y Guglielmo Plüschow, lo que le llevó a adentrarse en arte fotográfico que estos desarrollaron en Taormina, él utilizó a muchachos que pululaban por el palacio en que vivió en Roma. Fotos de menos valor que las que realizaron los dos autores en Sicilia, pero con un indudable contenido homoerótico.







Su obra literaria no recibió duras críticas, más bien fueron amables con él, pero ni sus escritos, ni sus fotografías, ni sus pinturas le dieron ingresos para poder vivir, por lo que perdido el apoyo se sus mecenas acabó en la miseria. Su obra empezó a valorarse 30 años después de su muerte, autores como Graham Greene o James Joyce pudieron ser influenciados por su obra.

En una de sus novelas, El deseo y la búsqueda del todo, escrita en Venecia, señaló:  "Quien desea debe perseguir su deseo aunque el mundo entero lo obstruye"


(1) Procedencia del poema, blog Bajo el signo de Libra: 

(2) Rictor Norton. "The Venice Letters. "The Gay Love Letters of F. W. Rolfe, Baron Corvo"

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