dijous, 28 d’abril del 2011

EDWARD RIGBY O LA PERSECUCIÓN CONTRA LA SODOMÍA

La prostitución masculina a finales del siglo XVII subsistía en los barrios mas marginales de las grandes ciudades inglesas. Allí muchachos con pocos recursos aceptaban los favores de nobles o personas con mas medios, siempre a cambio de sexo. En 1664 aparece "Sodoma Wilmot, o la quintaesencia del libertinaje" obra de claro contenido homosexual, en la que narra las eventuras sexuales de los jóvenes encargados de encender la farolas nocturnas, la obra fue prohibida por obscena. Su autor, Vilmot escribía:

Que me den salud, riqueza, vino y alegría
y si el revoltoso amor os asedia
conozco a un hermoso paje

que al caso es mejor que cuarenta fregonas".



En este contexto los sectores mas puritanos crearon "Societies for the Reformation for Manners" (Sociedad para la reforma moral) en 1690. Con el apoyo de la ciudad de Londres iniciaron una cruzada contra la blasfemia, los prostíbulos y la sodomía. Estos grupos pronto se extendieron por toda Inglaterra. El propio rey Guillermo y la Iglesia anglicana se sumaron con entusiasmo a este supuesto regeneracionismo moral. Formaban parte de ellas agentes provocadores que incitaban a "pecar" a sus víctimas.

La primera víctima fue el capitán de navío Edward Rigby. Tras ser absuelto en un juicio por sodomía, los regeneracionistas decidieron tenderle una trampa, a la que se sumó con entusiasmo la policía. Ya en este juicio, el capitán se defendió dando detalles sobre las costumbres  sodomíticas de Pedro el Grande o la propia corte francesa, posiblemente por conocimientos de primera mano.


Para la tenderle la trampa la policía utilizó al mismo jóven de 19 años que ya antes se habia relacionado con él. Rigby acabó huyendo a Francía donde se convirtió al catolicismo. Es este país fue bien considerado, aceptado en su propia marina y pudo vivir su sexualidad con mayor libertad.

En 1707 los agentes provocadores de estas sociedades moralistas consiguieron la detención de un numero muy importante de hombres que tenian relaciones homosexuales. Muchos de ellos acabaron suicidandose en la cárcel.


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GUY HOCQUENHEM, RACE D'EP