dijous, 22 de setembre del 2011

IFIGENIA, ORESTES Y PILADES EN TAURIDE.



Siempre me ha fascinado la historia de los hijos de Agamenón y Clitemnestra que nos ha llegado a través de la mitología y el teatro griego. Una de las mejores versiones es la que nos ha llegado a través de Eurípides y que sirvió a Christoph W. Gluck para componer una de sus mejores obras: "Ifigenia en Tauride". Obra estrenada en París en 1779.

Por una parte tenemos a Ifigenia, salvada del sacrificio por Artemisa, pues siempre le gustaba estar rodeada de jóvenes vírgenes. La diosa no acepta hombres en sus territorios y la deja a ella con el encargo de ejecutar a todos los extraños que se atrevan a llegar allí.

Su hermano Orestes creció con su amigo Pilades, entre ellos hay algo mas que una gran amistad. Tras asesinar a su madre es poseído por la culpa y huye, con su amado amigo,. Ambos son capturados al llegar a Tauride y preparados para ser sacrificados.

Orestes y Pílades, François Bouchot.

Ifigenia no conoce a su hermano, pero le ofrece salvar su vida a cambio de enviar un correo a Atenas. Pero Orestes se niega y pide sea liberado Pilades. Está invadido por la culpa de haber asesinado a su madre y ahora causar la muerte de su amado.

Curiosamente en la opera de Christoph W. Gluck trata sutilmente esta relación entre ambos amantes. Orestes se lamenta de haberle puesto en tal circunstancia y Pilades le contesta que desea morir a su lado. "La muerte no me da miedo si me es concedido morir junto a ti, pues estamos unidos desde la infancia. La muerte es un favor, dice Pílades, si nos une." 

Orestes y Pilades, Museo del Prado

Finalmente Ifigenia se entera de que Orestes es su hermano, que su propio padre, Agamenón, la intentó ofrecer en sacrificio, que a la vuelta de Troya éste fue asesinado por la madre de ambos, Clitemnestra, y ésta finalmente por el desdichado Orestes.

El lamento de Ifigenia es recogido también en la opera de Gluck de forma impresionante. en el área "Ô malheureuse Iphigénie", se lamenta de la pérdida de su familia, de su horfandad y el trágico momento en que se ha reencontrado con sus hermanos.



La historia tiene un final feliz, pues todos son liberados. Al igual que Eurípides reformó la tragedia y la hizo mas real, Gluck le quitó los corsés clásicos que atenazaban la ópera de finales de siglo XVIII, era alemán, pero vivía en París. A pesar de morir en 1787 tenía la admiración del imperio napoleónico, por ello parte de su opera Ifigenia en Tauride fue utilizada en la ceremonia de coronación de Napoleón Bonaparte.

Orestes perseguido por las Erinias de Bouguereau (1862)
 Mas información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ifigenia_en_T%C3%A1uride_%28Gluck%29Libreto en alemán:
http://www.opera-guide.ch/opera.php?id=134&uilang=en

3 comentaris:

  1. Mientras oía el lamento de Ifigenia pensaba en cuantos lamentos se oyen hoy en día, ya se que no tiene nada que ver, pero...

    ResponElimina
  2. Excelente publicación dirigida por nuestro querido amigo catalán: Leopold Estapé.

    ResponElimina

GUY HOCQUENHEM, RACE D'EP