dilluns, 17 de maig del 2021

LA INQUISICIÓN, UNA INSTITUCIÓN MÁS POLÍTICA QUE RELIGIOSA

 El objetivo principal de los tribunales del Santo Oficio no era la salvación de las almas pecadoras, ni la redención de los pobres reos, era impartir miedo. Un pueblo temeroso, era un pueblo obediente al poder establecido.


Eran organismos políticos, mas que religiosos, inspirar terror entre la población fortalecía el poder establecido, el poder del rey, la nobleza y el alto clero. La clemencia, la misericordia o el perdón estaba ausente, muy lejos de lo que en teoría pregonaba el cristianismo. El terrorífico inquisidor Nicolau d'Eymeric (1) señalaba:  "Hay que recordar que la principal finalidad del proceso y la condena a muerte no es salvar el alma del acusado, sino procurar "el bien público" e infundir terror al pueblo"

El "bien público" no era el del pueblo y debía estar lejos de cualquier concepción caritativa, el bien público era el del poder establecido. 



En las actas condenatorias que se han conservado, podemos ver como clérigos, labradores o marineros eran tratados con la misma dureza, con sentencias igualmente horribles. Mientras con los nobles o grandes hacendados se procuraba no dañar el prestigio de la clase u orden, salvo cuando se trataban de nobles incómodos para el poder como fue el caso de Galcerán de Borja o Antonio Pérez secretario de Felipe II.

La delación funcionaba ante el miedo a ser delatado, llegando a producirse autoinculpaciones con consecuencias devastadoras. Es el caso de una mujer casada que aterrorizada acudió al tribunal para denunciar que su marido la había conocido por detrás. (2) El marido fue preso y tras ser juzgado enviado a galeras, ella tuvo que pagar las costas y su honor mancillado ante una población tan temerosa como ella misma.

(1) Manual del Inquisidor (Directorium Inquisitorum) s XIV

(2) Conocer  por detrás: eufemismo que hacía referencia al sexo anal

Mas

Nicolau d'Eimeric el tenebrós:  https://poldest.blogspot.com/2018/10/nicolau-deimeric-el-tenebros.html

dimarts, 4 de maig del 2021

SODOMÍA Y HOMOSEXUALIDAD EN LA VALÈNCIA DEL SIGLO XVII.

Un hecho me ha sorprendido al acercarme a los textos publicados contra sodomitas en Catalunya o València. En los primeros tratan casi exclusivamente de actos de tipo sexual; en los segundos aparece en algunas ocasiones la afectividad, incluso el deseo de relaciones estables.




Esta sensación no me llega de la lectura directa de las actas, sino de la interpretación que de ellas hacen Jaume Riera, Rafael Carrasco y Rocío Rodríguez. Rocío me señala que las actas valencianas son muy escuetas y hace difícil llegar a conclusiones sobre unas frases sueltas. Seguramente tiene razón, seguramente una relectura de las actas de Catalunya aparecería algún caso que se me pasó por alto, en el futuro volveré a ello.

Tanto en Catalunya como en València las relaciones aparecen a menudo como una reproducción de las relaciones heterosexuales: "Fulano tenia relación con mengano, como si fuera una mujer" "le acarició como si de una mujer se tratara". En el primer caso más que deseo, veo efectividad.

En la actas inquisitoriales no aparece jamás la correspondencia amorosa, tierna o amistosa entre el acusado y el amigo-amante, seguramente el Santo Oficio evitó siempre cualquier evidencia amorosa, de vida en pareja o de amor a ciegas. Buscaban el acto, buscaban al sodomita y no al homosexual. Tampoco debió ser abundante, pues muy pocas personas sabían leer y escribir.

El mismo Rafael Carrasco señala que imperó un "aparente" divorcio entre sexo y efectividad en las personas encausadas por el Santo Oficio. Pero él mismo señala excepciones. Seguramente en aquellos terribles años de odio y represión, las parejas del mismo sexo no abundaron y se cuidaron mucho de ser visibles.




En el proceso del fraile trinitario Salvador de Morales (1574), éste confesó una relación de por vida con su pareja Baptista Tafoya; tanto en los viviendas de ambos, como en el propio convento tuvieron largas y constantes relaciones sexuales. Tanto Salvador como Baptista fueron condenados a la hoguera. En esta ocasión la condición de fraile no salvó a Salvador, seguramente esta relación continua a través de los años jugó en su contra.

Juan Carroz, de 26 años, procesado por la Inquisición en 1607 , en el juicio "asegura a un muchacho que si una vez consentía en lo que le pedía, su amistad duraría toda la vida". Fue acusado de intentar yacer con un joven a través de engaños, fue desterrado tras darle 100 azotes.

Francisco Roca, casado y de 25 años. Fue denunciado por 4 mujeres, una su propia esposa, por yacer con hombres en su propia esposa. En las actas se señala que ejercía de esposa de apuestos militares de València, aparentando ser mujer vestida de hombre. No cobraba por ello, actuaba conscientemente. Rafael Carrasco señala que es el caso mas claro de "homosexual"... "que vive en cada momento el entusiasmo del primer amor". En el juicio se empleó la palabra "hermafrodita" para describirle, sin aportar más pruebas.

En los casos parecidos al de Francisco Roca en Catalunya, los acusados percibían dinero por sus relaciones y culpaban al diablo por su apariencia femenina.

Bibliografía:

INQUISICIÓN Y REPRESIÓN SEXUAL EN VALÈNCIA. Rafael Carrasco, Ed Laertes. 
SODOMÏA E INQUISICIÖN Rocío Rodríguez.  Ed Ushuaia
SODOMITES CATALANS, Jaume Riera, ed Base. 

RUTA A LOS ORÍGENES DEL BARRIO "CHINO"