El collar de la paloma es una obra en prosa del siglo XI escrita en lengua àrabe por Ibn Hazm. Se trata de un libro de reflexiones sobre la verdadera esencia del amor intentando descubrir lo que tiene de común e inmutable a través de los siglos y las civilizaciones de influencia neoplatónica, incluyendo detalles autobiográficos y documentales. Esta entrada se centrará en acercarse a como trató las relaciones homosexuales.
En el ámbito de los estudios medievales se ha pasado por alto la presencia de la homosexualidad de la época, ya sea por tabúes o por falta de fuentes que traten el tema. Cuando al fin encuentras alguna referencia, vienen acompañadas de citas de Marañón o López Ibor que consideraban la homosexualidad una enfermedad.
En el Collar de la Paloma hay muchas referencias homoeróticas, también un deseo de represión y castidad, paralelo al mismo deseo de represión heterosexual. Para acabar diciendo que el homoerotismo debia ser castigado. ¿Lo hizo por conviccción o para justificar su publicación? Difícil de saber.
Resumo este texto de Antonio ARJONA CASTRO Censor y académico numerario de la Real de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, com citas de López Ibor y Marañón, realizado en 1995. Creo que lo que he entresacado es de vuestro interés.
"Nació Abū Muhammad 'Alī Ibn Hazm en Córdoba, el año 384, que corresponde al 994 de nuestra era:
«Nací en Córdoba en el yānib (costado) oriental, en el arrabal de Munyat al-Mugīra, antes de la salida del sol y después de la salutación del imán"...
La niñez lánguida e indolente de un hijo de un ministro, que se cría oculto en los rincones del harem, entre los besuqueos y las intrigas de la mujeres. De ellas aprendió el Alcorán, y muchos versos, y a hacer los primeros palotes; pero también otras cosas, no poco útiles, aunque dolorosas en la infancia: se le revelaron temprano los misterios de la vida sexual y los tejemanejes del serrallo. Era, sin duda, un niño impresionable, enfermizo, de anormal nerviosidad, con despierta inteligencia y sentido moral, siempre en guardia contra la psicología femenil, que tan precozmente había conocido.
El ambiente social en que vivió su infancia y la educación que recibió, unido a factores genéticos, determinarían su personalidad, conducta sexual y amorosa. Respecto a su personalidad fue fuerte y vigorosa. Sus ideas políticas fueron firmes, lo que le acarrearía no pocos sinsabores en su vida. Fue un constante defensor de la causa omeya, incluso cuando las autonomías de las Taifas ya se habían consolidado.

Ibn Hazm aprendió en primer lugar a hablar con soltura, luego a escribir con claridad y de modo simultáneo a leer, utilizando para ello el Alcorán, cuyo conocimiento será luego la mejor base de su formación literaria. Aprendió gramática, lingüística, cálculo aritmético, geometría, arquitectura y filosofía. Su recta formación en religión y moral le daria una permanente búsqueda de la verdad.
Respecto a su sexualidad, es necesario recordar que rol no era el mismo en la Córdoba musulmana del siglo X que en la actualidad. En la Córdoba de Ibn Hazm, los roles de género estaban modelados a partir de los roles femeninos y masculinos definidos por el ambiente social de la época. En la España de los reyes de Taifas estaba de moda el amor bagdadí, es decir, el amor por los efebos, sobre todo entre la aristocracia y la élite intelectual de los poetas y literatos. Por eso Ibn Hazm tendrá una sexualidad ambivalente en sus años de juventud, aunque luego sus firmes convicciones religiosas le mantendrían en la más estricta castidad..
No es lo mismo crecer en un hogar donde solo habitan exclusivamente sus padres biológicos o adoptivos que en un harem lleno de mujeres y eunucos, gran parte de los cuales solían ser homosexuales.

Ibn Hazm tuvo una infancia y adolescencia llenas de experiencias sexuales de todo tipo, Después, a los 18 años, queda huérfano y se traslada a Almería. Dejaba en ella no sólo sus bienes materiales sino el amor de su juventud, la primera ilusión de su vida, cuyo vivo recuerdo le mueve a escribir su famosa risāla “El collar de la Paloma".
Pero este amor platónico que aparece en El collar de la Paloma se refiere al amor total con realización sexual. Prueba de ello es el caso que nos relata:
..."-Por Dios, voy a decírtela. Yo soy el hombre en quien dura más la erección. La mujer ha satisfecho ya su placer, incluso doblado, sin que hayan acabado mi erección ni mi deseo. Nunca me canso antes que la mujer,...
Su conocimiento de estos temas amorosos no era exclusiva del amor heterosexual, sino también al homosexual:
<«...Me acuerdo de haber estado cierta vez en una tertulia a la que asistían algunos amigos nuestros en casa de un ricacho, allí advertí entre uno de los presentes y otro, iniciaron manejos que no me gustaron, guiños nada convenientes y apartes de cuando en cuando. El dueño de la casa se hacía el ausente o el dormido. ni se inmutó; en vista de lo cual, le recité dos versos antiguos:
"Sus amigos que se hallaban aqui ayer
no vinieron por la música, sino por fornicar.
Consiguieron su intento, y tú eres un asno
cargado de imbecilidad y tontería»)
En sus confesiones personales relata:
«De mí sé decirte que jamás he bebido del agua de la unión sin que se me acreciera la sed. Una vez me reuní con una persona a quien amaba, y mi imaginación, al hacer recuento de los diferentes modos de la unión amorosa, no encontró ninguno que no quedase por debajo de mi propósito, que no resultase insuficiente para remediar mi pasión y lo rechacé"

En otras ocasiones Ibn Hazm aparece como romántico amador, víctima de una fiel, de una desgraciada pasión no correspondida. Puede que Ibn Hazm no era sincero en El collar de la paloma, sino que seguía los cánones de la preceptiva árabe y ocultaba gran parte de su íntima experiencia sexual.
Ibn Hazm conocía perfectamente el tema de la homosexualidad, y seguramente tuvo alguna experiencia de este tipo. El razonamiento legal de Ibn Hazm sobre la homosexualidad tanto masculina como femenina comparándola con la de otros juristas, en particular, malikíes, Ibn Hazm mantiene que la homosexualidad no debe equipararse a la fomicación que incurre en la pena de muerte. Por el contrario, aboga por el relativamente suave castigo de diez latigazos por prácticas homosexuales, basado en su interpretación de las fuentes reveladas."

Aunque algunos autores modernos han insinuado que el propio Ibn Hazm pudo homosexual (tal vez reprimió sus propios deseos), él condena categóricamente las relaciones entre miembros de un mismo sexo y mantiene que los homosexuales deben reformarse. Pero no debe olvidarse que al optar por la castidad, no solo reprimió sus deseos homosexuales, también los heterosexuales.
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