dimarts, 8 de novembre del 2016

LESBIANAS BAJO EL NAZISMO

La ausencia de datos sobre cuantas mujeres fueron represaliadas por su homosexualidad en la Alemania Nazi, ha llevado a muchos historiadores a negar esta represión. Falso.



La ausencia de  mujeres lesbianas que visibilizaran esta represión. Junto al hecho de que importantes lesbianas como Leni Riefenstahl, fueran la imagen de un régimen que quiso aniquilar cualquier vestigio que rompiera con la mas estricta heteronormalidad. Algo parecido ha ocurrido en España donde la imagen de las mujeres del régimen era Pilar Primo de Rivera y ninguna de las mujeres represaliadas por el régimen jamás ha querido dar la cara. Pero ello no quiere decir que esta represión no existiera. 


Tras la Primera Guerra Mundial, con la República de Weimar, se conoció una etapa de liberalización general de las costumbres sexuales, fueron unos años de gran apertura y respeto hacia la homosexualidad. A "die Freundin" se unió otra revista lesbiana Frauenliebe (Mujer Amor). Aparecieron clubs como el "Dorian Gray" y "La flauta mágica Dance Palace", asociaciones, locales, etc. La visibilidad lésbica en el Berlín de los años 20 era muy importante. 




Pero en 1928 empezó la represión. La policía prohibió las revistas lésbicas, acogiendose a la protección de las jóvenes establecida por la Ley de Publicaciones Obscenas. Aun así se pudo rodar el film "Mujeres en uniforme" una obra de culto del cine lésbico.




Después llegó la represión nazi. Los nazis consideraban a las mujeres como seres subordinados, sobre todo en materia sexual, un complemento para los hombres. Su función era servirlos y darles placer e hijos.. Muchos nazis eran incapaces de distinguir entre las mujeres la diferencia que entre ellas podía ser la amistad o amor lésbico, haciendo más difícil la tarea de sonsacar "verdaderas" lesbianas. Por último, los nazis desestimaron el lesbianismo como un problema de Estado, pero lo que denominaron "masculinización femenina" fue perseguida especialmente entre aquellas mujeres que no eran afines al régimen nazi.  

"Cuando la persecución contra los gays se intensificó, luego del asesinato de Ernst Röhm (el jefe de las SA, que era homosexual), se debatió si el Parágrafo 175 debía aplicarse también contra las lesbianas. Finalmente se decidió que no se aplicaría, pero básicamente porque lo veían poco práctico: la ideología que imponía un comportamiento viril a los hombres y otro frágil y emocional a las mujeres hacía que entre estas fueran comunes y aceptados los gestos de afecto, incluso de contacto corporal, de manera que sería muy difícil identificar cuáles actos constituían un crimen y cuáles no." (1)




Por ello las lesbianas fueron también perseguidas, sus revistas cerradas, sus locales clausurados. Se les consideraban asociales y de ser detenidas también se las enviaba a campos de concentración. Muchas tuvieron que optar por matrimonios de conveniencia para evitar males mayores. Al optar por un perfil poco visible evitaron persecuciones sistemáticas contra ellas. Armarizadas, invisibilizadas, viviendo una vida ajena a ellas o acabando en campos de concentración como Ravensbrück, cerca de Berlín.

Ravensbrück

Las lesbianas que eran visibles las encarcelelaban como asociales, locas o prostitutas, eran enviadas al campo destinado a mujeres jóvenes y niñas de Ravensbrück. Un campo por el que pasaron cerca de 150.000 mujeres, entre ellas la catalana Neus Català, creo la única superviviente de este campo de concentración. Las deportadas procedían de más de 40 países. Decenas de miles fueron asesinadas, murieron de hambre, de enfermedades o a causa de experimentos médicos, como la esterilización. A finales de 1944 las SS instalaron una cámara de gas, donde murieron asfixiadas con gas entre 5.000 y 6.000 prisioneras y prisioneros (aunque pocos, también llegaron algunos hombres, especialmente niños). Se estiman las víctimas en al menos 92.000 personas.



Sarah Helm en su libro "Ravensbrück: Life and Death in Hitler’s Concentration Camp for Women", explica la vida de muchas de estas mujeres (2). Entre las historias que nos cuenta está el de Elli Smula empleada de la red de tranvías de berlín. Su empresa la acusó a la Gestapo por tener relaciones sexuales con otras compañeras de trabajo. En 1940 la Gestapo la detuvo y fue enviada a Ravensbrück, oficialmente fue detenida como “prisionera política” junto a la palabra lesbiana. 3 años después moría "de repente" en este campo de concentración. 

La superviviente Martha van Och-Soboll (1910–2001), que también estuvo detenida en Ravensbrück, declaró tras la guerra que Elli Smula haría fallecido ya en 1942 de una inyección de la médico del campo, Herta Oberheuser.


  


Aun hoy es imposible saber cuantos casos hubo. Existen informes de casos individuales de lesbianas que fueron secuestradas y llevadas a prostíbulos en los campos de concentración, pero los hechos son tan vagos y contradictorios. 










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