En 1939 empezó a ser consciente de que no se sentía mujer y empezó varios tratamientos con testosterona. Pronto corrió la voz por la ciudad y tuvo que huir a otra zona de Inglaterra. Allí gracias al tratamiento ya tenia un aspecto masculino y pudo trabajar en un garaje. Unas heridas le llevaron al Hospital donde tuvo la suerte de encontarse con uno de los mejores cirujanos plásticos de Inglaterra.
Puesto en contacto con el cirujano plástico Harold Gillies, y tras realizar una doble mastectomía, iniciaron un largo proceso que los llevó a realizar la primera "faloplástia" de la que tenemos conocimiento. Mientras Laura pudo cambiar de nombre, pasando a llamarse Michael Dillon, acabando sus estudios de medicina, no sin grandes dificultades por miedo a que se revelará su identidad legal.
No pudo tener relaciones con mujeres por miedo a ser descubierto, desarrollando una aparente misoginia que le impidió ser feliz.
En 1946 aun no existía el término "transexual", pero Dillon ya escribió sobre el tema en su libro: "Dillon: un estudio en Endocrinología y Ética" En esta obra defendió que tanto la transexualidad como la intersexualidad no se podían curar a través del psicoanálisis, sino que debian ser tratados médicamente:
"Cuando la mente no puede ser hecho a la medida del cuerpo", escribió, "debe ser el cuerpo hecho a la medida, aproximadamente, en todo caso, a la mente."
El libro llamó la atención a Roberta Cowell, nacida Robert; que con la ayuda de Dillon y Guilles fue la primera mujer transexual británica en someterse a la cirugía de reasignación genital.
En 1958 una herencia puso al descubierto la identidad legal de Michael y de nuevo tuvo que huir, esta vez a la India. Allí fue ordenado monje budista tomando el nombre Lobzang Jivaka. Tras escribir varios libros sobre el budismo murió en el Punjab a los 47 años en 1962.
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