divendres, 10 de febrer del 2023

ALIPIO, EL JOVEN AMANTE DE SAN AGUSTÍN.

 Aunque el propio San Agustín afirma en sus Confesiones que fue su amante, las biografías oficiales señalan una "amistad duradera" o "de toda la vida"- Como en otros casos, su biografía tiene dos versiones.

San Alipio y San Agustín leyendo la epistola de San Pablo. 
                                   Benozzo Gozzoli , s XV,  Sant'Agostino in San Gimignano

San Agustín nos habla de sus deseos carnales en sus confesiones:

"Cuando llegué a Cartago, a mi alrededor bullía un caldero de amores ilícitos. Yo nunca había amado y estaba ansioso por amar. ( ... ) Me parecía dulce amar y ser amado, y mucho más si podía disfrutar del cuerpo de la persona amada. De modo que contaminé el agua primaveral de la amistad con la suciedad de la concupiscencia. Enlodé su limpia corriente con el infierno de la lujuria y, a pesar de ser impuro e inmoral, con mi exceso de vanidad solía comportarme como un hombre de mundo que frecuenta los lugares elegantes que están de moda. Me zambullí de cabeza en el amor, ya que anhelaba que me atrapase"
  
Agustín bebió del maniqueismo que curiosamente era condescendiente con las relaciones homosexuales a pesar de que condenaba la búsqueda de los placeres sexuales. Él mismo nos habla de la dulce relación que mantuvo con un joven cristiano, "lo mas dulce que experimenté en mi vida", la relación duró un año pues el joven murió:

"Fue arrebatado a mi locura para poder ser preservado contigo para mi consuelo. Pocos días después, estando yo ausente, regresaron las fiebres y falleció". San Agustín quedó desolado. "Todo lo que había compartido con él, sin él quedaba reducido a un tormento cruel. ( ... ) Me sorprendía que siguieran vivos otros mortales puesto que había muerto aquel a quien yo había amado como si no fuera a morir jamás. Y me sorprendió aún más el hecho de que mientras él estaba muerto yo estuviera vivo, porque él era mi "otro yo". Ya lo había dicho alguien refiriéndose a su amigo: que "era la mitad de mi alma". Había llegado a sentir que mi alma y la suya eran "una sola alma dentro de dos cuerpos". De modo que mi vida se convirtió en un horror. No quería vivir sólo con la mitad de mí mismo, y tal vez el motivo por el cual le temía tanto a la muerte era que entonces habría muerto la totalidad de mi amado amigo."


Alipio de verde son los santos Agustín y Posidio.

Alipio provenía de una familia aristocrática de Thagaste. Fue alumno de Agustín en Cartago. A medida que "la amistad" de Alipio con Agustío empezó a profundizar (Agustí le llamaba el hermano de su corazón), también lo hizo su interés por el maniqueísmo. Alipio admiraba los estrictos decretos de castidad de los maniqueos, y creía que el matrimonio interferiría en la búsqueda de sabiduría con sus amigos.

En las Confesiones (6.8.13) se refiere Alipi como "el joven". A pesar de sus creencias morales fuertes, fue llevado por amigos para ver juegos romanos violentos en la arena, no pudo controlarse a causa de los sonidos. sucumbió y abrió los ojos. Para su horror, se encontró disfrutando del espectáculo e incluso invitó a otros amigos a venir con él más tarde. Sin embargo, finalmente se arrepintió de ello.

En 384 se unió a Agustín en Milán, donde fue expuesto a la predicación de del poderoso obispo Ambrosio, allí estuvo presente en el jardín de Milán en la conversión de Agustín. Según la biografía oficial él y Agustí fueron bautizados por Ambrosio en la vigilia de Pascua en abril de 387. ¿Pero se convirtieron ambos?

Seguramente el joven Alipio podría haber fallecido un año antes, en 386, se desconoce su edad, pero Agustín de Hipona tenía entonces 32 años. Lo cierto es que en el santoral le otorga una larga vida, donde llegó a obispo, participó en el Concilio de Milevio y el papa Gregorio XIII añadió al Martirologio romano en 1584, sin haber sido mártir ni tal vez haberse convertido al cristianismo.






Lo cierto es que Agustín se arrepintió de su amor por él, justo en 386, año en que abandonó el maniqueísmo y el joven murió. Un amor que antes había sido más intenso que su amor por Dios.

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