dilluns, 10 de desembre del 2012

LAS AMISTADES MASCULINAS DE FEDERICO II DE PRUSIA.


La infancia de Federico Hohenzollern no fue un remanso de paz. Su padre, el rey Federico Guillermo I de Prusia demostraba día a día el porqué fue apodado como el Rey Sargento. Uno de sus biógrafos dijo que Oliver Twist en su orfelinato era un niño mimado al lado del joven príncipe prusiano en su ambiente familiar. Este ambiente cuartelario en que se crió afectó a su educación en la que se le prohibió la enseñanza del francés, las humanidades, el latín o la música. Prohibiciones que alentaron al infante a interesarse por ellas. 

Su carácter sensible y culto chocaron de tal forma con su padre que éste llegó a maltratarle en público, llegando a la violencia física. Al llegar a la adolescencia el padre empezó a sospechar que su hijo tenía poco interés por las mujeres y el ejército. Ello le llevó a ponerle vigilantes día y noche, con tan buen ojo que los elegidos pronto "confraternizaron" con el heredero a la corona, mas allá de lo habitual.

Con uno de estos vigilantes, el teniente Hans Hermann von Katte, llegó a realizar preparativos de huida a Francia. Todo indica que eran amantes y el rey estaba enterado de todo. La huida se frustró y el joven Federico tuvo que presentar como su amante era degollado en su presencia. 


Tras este episodio vivió una temporada de penosa encarcelación que solo fue suavizada al anunciar su boda con una hija del duque Luis Rodolfo  de Brunswic: Isabel Cristina de Brunswick. Apenas convivió con ella y jamás tuvieron descendencia. Se inició entonces una época de tranquilidad que la pudo dedicar a escribir y componer música, también pudo rodearse de jóvenes pajes, con los que al parecer intimaba. Fue cuando conoció a Voltaire y un apuesto y seductor veneciano llamado Francesco Algarotti.

Francesco Algarotti.

Muerto el padre y coronado como Federico I, su primera decisión fue apartar a la reina de palacio. Él se fue a vivir a Sans Souci, en donde las mujeres y los religiosos tenían prohibida la entrada. Pronto llamó a la corte al filósofo francés Voltaire y al viajante veneciano del que se había enamorado. Restauró el estado, eliminó las torturas civiles, suavizó las leyes antisodomia, promulgó la libertad de prensa y religión, abolió la censura y colocó a los mas bellos soldados en su corte personal.

Su profunda admiración por Voltaire no fue correspondida, el genial pensador francés mostrando una absoluta ingratitud abandonó la corte publicando en sus memorias los lances amorosos del monarca prusiano, presentándolo como un rey inculto, político inmaduro, mal escritor y peor compositor. Voltaire llamaba a Berlín "la nueva Atenas".  La realidad fue muy distinta.

Francesco Algarotti era un erudito, escritor y ensayista veneciano. Este había  vivido una tormentosa relación con un joven llamado Firmano. También fue  amante de Lord Hervey, un político inglés, y de una amiga de éste, Lady Mary Worlet. Fue nombrado Conde de Prusia y chambelán,  desplazando al actual amante del rey, el barón Keiserling. Ello levantó las envidias y celos de la corte


Voltaire  llamaba a Francesco "la respetable, singular y adorable putita" o "el cisne de padua" y escribió estos versos:

Amo a César entre los brazos
de su amante que lo vence;
río y no me ofende
al verlo joven y lleno de  atractivo,
por encima y por debajo de Nicomedes
Lo admiro mas que Catón,
porque es entregado y magnánimo.

Fruto de estas campañas la relación entre el veneciano y el rey se enfriaron, ello llevó a Francesco fuera de Prusia en misiones diplomáticas como asesor cultural del rey. Pero entonces Federico conoció a un joven soldado, Fredersdorf, al que nombró su ayudante de cámara. y fue su nuevo amante. A pesar de su evidente homosexualidad, fue un rey popular y al igual que Alejandro se le puso el sobrenombre de "El Grande" (der Große).




Mas información:
http://leopoldest.blogspot.com/2010/10/federico-i-posible-autor-de-la-marcha.html


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