Turcos, italianos y marineros encabezaban el ranquing de sospechosos de sodomia para las autoridades judiciales de la Sevilla del siglo XVII, especializada en realizar barbacoas con los pobres desdichados pillados en estos lances que pasaban de ser gustosos y acababan tragicamente.
De poco le servió a Hamete declararse cristiano y tomar el nombre de Juan, igualmente acabó en la hoguera, eso si murió cristianamente quemado.
Todo empezó al encontrar a un joven por los campos cercanos a la gran ciudad andaluza. Fue tal el agrado de sus ojos que le ofreció todo tipo de regalos para disfrutar juntos del placer de dos cuerpos unidos.
Todo fue bien hasta el momento que Hamete intentó penetrar al joven, donde tamaño y dolor iban a pares. Éste gritó "Dios me ayude" y el placer de Hamete quedó entre sus piernas. Dolorido recurrió al alcalde, que presto mandó detener a Hamete. Éste ante el temor de la tortura confesó todo, incluso lo más inconfesable.
Entre sus aventuras estaba un noble caballero de la ciudad, que le ofrecía 8 ducados por servicio completo. También confesó que el noble caballero le pedía los servicios de otros compañeros suyos, con miembros enormes, ofreciendo buenas sumas si el sevicio era de su agrado.
Hamete, confeso y cristianizado, murió santamente en la hoguera por sodomita, acompañado por su amigo turco el especialmente dotado en la entrepierna. El noble fue juzgado "in absentia", pero ya habia huido a Italia, siguiendo el camino de otros muchos jovenes sevillanos, como en su día lo fue Cervantes, al pais donde Papas y cardenales recibían de buen agrado los favores suyos.
Mas
Garza, Federico. Quemando mariposas. Laertes
Riera, Jaume. Sodomites catalans. Ed Base.
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