dijous, 3 de febrer del 2022

LEY DE VAGOS Y MALEANTES. 1933, REVISADA EN 1954

  Las leyes franquistas no condenaron las relaciones homosexuales, antes existían leyes contra el escándalo público o el atentado al buen decoro, pero no distinguían heterosexualidad de homosexualidad.





El Código Penal de Miguel Primo de Rivera condenó las relaciones homosexuales, pero duró poco. Con la llegada de la Segunda República los artículos que penalizaban la homosexualidad fueron derogados, por lo que ésta de nuevo fue despenalizada. 


La Ley de vagos y maleantes fue aprobada en agosto de 1933. Ley conocida popularmente como "La Gandula", fue aprobada por unanimidad. Representó la segunda ocasión en que despenalizaba la homosexualidad, la primera ocasión fue en 1821, en tiempos de Fernando VII.


La ley iba dirigida contra "los rufianes, proxenetas, mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos mentales o lisiados". Dependía del juez que dictaba las sentencias pues algunos consideraban a los homosexuales como "rufianes". Ello llevó al gobierno cedista a especificar el concepto de rufián como: ""traficantes con la ajena honestidad para satisfacer la lujuria de otros, ya se ejercite respecto de hombres o de mujeres" o "perversión de menores y el fomento de la prostitución contraviniendo los preceptos gubernativos y sanitarios al efecto".


Campo de trabajo para vagos y maleantes, Alcalá de Henares



El gobierno derechista de lerrouxistas y cedistas presidido por Martínez Barrio hizo una interpretación reaccionaria de la ley y persiguió a "aquellos que atentaban contra la masculinidad hegemónica" (1). Así en octubre de 1933 se realizó en el barrio Chino de Barcelona una redada de "invertidos", siendo detenidas la "Gallega, la Victoria, la barbera, la Chula, la Pinillo, la Africana, la Tula, la Gitana.... También se cerraron teatros que atentaban al "decoro y las buenas costumbres". El problema estuvo que estos teatros alimentaban las buenas costumbres del estraperlista Alejandro Lerroux y pronto cayó el gobierno y se reabrieron los teatros.


Las relaciones homosexuales eran consideradas como actos que atentaban contra la moral y las buenas costumbres por parte de los vencedores de la Guerra Civil y su apoyo eclesiástico. Pero en los primeros años de la dictadura, el régimen estaba más interesado en exterminar a la disidencia.


La persecución legal contra la homosexualidad bajo la Dictadura del general Franco no se plasma hasta 1954, fecha en la que se modifica la republicana Ley de vagos y maleantes. Ello no quiere decir que antes no se persiguiera a los homosexuales, pues aunque la ley no lo penalizaba, éstos eran objeto de maltratos, vejaciones y detenciones arbitrarias por parte de la policía o de grupos falangistas que actuaban impunemente. 


Las modificaciones de la ley iban dirigidas contra los homosexuales, señalando que debían ser apartados del resto de reclusos:

"Artículo segundo.- Número segundo.- Los homosexuales, rufianes y proxenetas. (...).

Artículo sexto.-Número segundo.- A los homosexuales, rufianes y proxenetas, a los mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos o lisiados, se les aplicarán para que las cumplan todas sucesivamente, las medidas siguientes:

a) Internado en un establecimiento de trabajo o colonia agrícola. Los homosexuales sometidos a esta medida de seguridad deberán ser internados en instituciones especiales y, en todo caso, con absoluta separación de los demás."


Los internados podían ser enviados a campos de trabajo, colonias agrícolas, a casas de moderación(psiquiátricos) o centros reservados para homosexuales específicamente. Se les consideraba peligrosos socialmente y se les internaba para curar su peligrosidad y evitar que “contagiaran la homosexualidad”.


 Campo de trabajo de Tefía. Cabildo de Fuerteventura



El resto de la Ley de Vagos y Maleantes es el mismo vigente desde 1933 que incluye los trabajos forzados, verdaderos campos de concentración y estuvo vigente hasta que se aprobó el 5 de agosto de 1970 La ley sobre peligrosidad y rehabilitación social.


(1) Usó, Juan Carlos. Orgullo travestido. El desvelo ediciones.

Mas

Redadas de Violetas, Arturo Arnalde, Egales

Los Gais durante el Franquismo, Geoffroy Huard, Egales

El Látigo y la Pluma. Fernando Olmeda, Obrerón

De Sodoma a Cheuca, Alberto Mira. Egales.

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