dijous, 17 de març del 2011

EL FAUNO HOMOERÓTICO RESTAURADO POR BERNINI.

Durante las excavaciones realizadas por el Papa Urbano VIII en el castillo Castillo de Sant'Angelo se encontraron varias obras grecoromanas que se creen podían ser del siglo III a J.C.  Parece ser que al final del Imperio Romano estas estatuas fueron lanzadas a sus enemigos desde arriba del castillo.

Una de estas estatuas es la conocida como el fauno Barberini, una colosal escultura de 2,15 metros en mármol. El Papa pidió a su favorito Gian Lorenzo Bernini que lo restaurara. Pero no se limitó a restaurarla, al hacerlo le levantó la pierna derecha aumentando su evidente contenido claramente erótico. La obra se encuentra actualmente en la Giptoteca de Munich.

Los faunos eran sátiros relacionados siempre con el apetito sexual y en este caso en un claro estado de embriaguez.





Representa a un fauno, figura mitológica parecida a un sátiro. La obra cuando se recuperó se hallaba mutilada, sin el brazo izquierdo y sin piernas. Bernini cambió el estado de embriaguez por una actitud mas provocativa,

Esta estatua suele ser datada a fines del siglo III a. C. o principios del siglo siguiente, aunque algunos autores prefieren retrasar su fecha hasta el siglo I a. C. Se cree que pudo ser una ofrenda en algún templo dedicado a Dionisio,






Algo parecido ocurrió con el "Hermafrodito Dormido", copia romana de una escultura griega restaurada también por Bernini en 1620. En la actualidad se encuentra en el Museo del Louvre.

2 comentaris:

  1. Me encanta cómo coloca el fauno de la gliptoteca de Munich al observador: le ofrece todos los privilegios para observar. Mujeres y hombres, heteros y homos pueden acercarse a ver a su sabor lo que para unos está prohibido, para otros es imposible... la leyes del pudor se desmoronan ante el abandono etílico del bello durmiente.
    La belleza desnuda está al alcance de la mano en un presente marmóreo; el poder fálico, aunque aletargado, es exhibido de manera franca: el fauno no lo hace con arrogancia, no violenta al espectador con una posición retadora, misma que sería insoportable si estuviera despierto.
    Ni rastro de confrontación. Es todo un hallazgo: el fauno abre una rendija que posibilita una mirada colocada en otras coordenadas que las habituales.
    El espectador, transformado en voyeurista, puede observarlo hasta saciarse; hasta que despierte... pero sucede que el fauno lleva sumido en el sueño algunos siglos...

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  2. Si no me equivoco, hay una copia en el Louvre.

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