dimarts, 19 de setembre del 2017

INDIA, DEL RESPETO A LA PERSECUCIÓN

La India precolonial veía las relaciones homosexuales sin excesiva incomodidad  igual que respetaba a aquellas personas que consideraban tener una doble naturaleza masculina y femenina. Algo distinto ocurría con las que se creía que formaban parte de un tercer sexo. (Texto publicado en el número 99 de la revista GM Gehitu Magazine, aquí la revista completa:   https://drive.google.com/file/d/0B9ifgI2FYQeRcW42UFJfcFRWMkE/view)



Está realidad fue común, con importantes diferencias, en la mayoría de culturas orientales y sólo se rompió con la llegada de las influencias occidentales moralizantes que acabaron causando una reacción que hizo nacer un nuevo nacionalismo que consideraba que todo ello era antinatural y contrario a sus propias tradiciones; es decir un contagio procedente de Occidente para acabar con su identidad tradicional. Desde Irán al Japón se inició un movimiento de rechazo que acabó con parte de los patrimonios históricos de estos países y, curiosamente, con su propia i real tradición. La India fue un buen ejemplo de todo ello.

En el caso de la India el estigma social con que se han visto las relaciones homosexuales, unido a décadas de negacionismo y destrucción de cualquier tipo de evidencia, ha dificultado enormemente el poder conocer la rica historia y el impresionante legado que con mucha dificultad ha llegado hasta nosotros. Por ello, aun hoy, la información de la que disponemos es, en muchas ocasiones, contradictoria e incompleta.

Los Rig Veda (textos de contenido religioso escritos en forma de himnos entre el 1500 i el 500 a C) son las bases del hinduismo, Estos himnos señalan  que el deseo formaba parte del punto central del universo. Aunque no hacen referencia directa a las relaciones homosexuales,  sí citan a los tritiya-prakriti, (entre hombre y mujer) a los que se les puede definir como “afeminados”. El espiritualismo o la vida familiar priman en estos textos que se consideran sagrados, pero otros tipos de sexualidad también son tolerados y visibilizados.  Por ejemplo, se cita a una deidad, Agni, que era hijo de dos madres.

 A diferencia de otras culturas antiguas, la hindú muestra estas relaciones sexuales entre mujeres con frecuencia y normalidad. Pero las leyes  que regularon estas relaciones estaban hechas por y para los hombres, igual que en  las culturas semíticas. Eran las leyes de Manu, del siglo III a C. 

Estas leyes  señalaban, al tratar el tema de la Creación, que  “Habiéndose dividido en dos, el Soberano Maestro se volvió mitad macho y mitad hembra y, uniéndose a esta mitad hembra engendró a Viradj” (1)  El mito de la creación aquí es representado de forma totalmente opuesta al Génesis Bíblico que separa ambos géneros desde el inicio de la humanidad.

El hinduismo consideraba que lo masculino y lo femenino se completaban. Por ello, aunque citaban la existencia de un tercer sexo; cuando se referían a las personas que creían que eran poseedoras de una naturaleza femenina y masculina a la vez, y no complementaria, su aceptación era contradictoria  habiendo versiones para todos los gustos. El concepto tercer sexo podía englobar distintas categorias, entre ellas estarían los homosexuales, a los que consideraban como afeminados, o las personas transgénero. También los eunucos, aunque este concepto fue introducido en la época colonial y puede esconder otras identidades. Las traducciones, como ocurrió con otros textos antiguos, pudieron cambiar algunos de estos conceptos.



 Estos textos nos permiten ver a muchos de sus héroes y deidades como disponían de esta doble naturaleza, eso sí, siempre como hombre o mujer, jamás como un estado intermedio. Shiva podía ser a la vez Ardhanarisvara, la encarnación femenina de Visnú era  Mojini,  quien a su vez unida a Shiva tuvieron a Ayyappa, También el héroe Aravan con el que Krishna se casó tras convertirlo en mujer. La relación entre Krishna  y Aravan aparece en el Mahabharata y la define como el camino a la felicidad y la inmortalidad; seguramente es la relación de amor y amistad entre dos hombres más antigua de los textos hindúes, aunque al final para consumar esta relación uno de ellos se transformó en mujer.

El Kamasutra fue un verdadero manual del sexo supuestamente escrito por el bate Vatsyana hacia el siglo IV, que con el tiempo se convirtió en un clásico de la literatura, en su origen se consideraba también sagrado i nada pornogràfico, su destino era para que los educadores ensenyaran a sus alumnos. El lesbianismo, que aparece como algo propio de los harenes, aparece sin ninguna resticción, Muestra también las relaciones homosexuales, que “se presentan como algo necesario para una descripción veraz del mundo del sexo”. (2)

En el párrafo  2.9.36 del Kamasutra vemos una evidente muestra de lo que parece ser que ya eran entonces matrimonios del mismo sexo  “" también hay personas del tercer sexo, que a veces están muy unidas entre sí y con tanta fe la una en la otra, que se casan juntas."(3)

Según Robert Aldrich (4) en la mitología hindú “el amor; el sexo y el deseo de origen divino, no se corresponde con las interpretaciones modernas sobre un identidad determinada” Para la cultura hindú, los humanos somos simples espejos del universo. El mensaje central sería que “todos los humanos son en esencia una combinación de cualidades femeninas y masculinas (4)

Mientras los textos antiguos nos muestran unos héroes bisexuales y señalan como intimaban las personas del mismo sexo; los textos religiosos, como suele suceder, eran muy distintos. Estos trataban las relaciones como tabúes sociales, antinaturales o que contagiaban a la sociedad. “Parece que las prescripciones morales de la ley hindú estaban a menudo en desacuerdo con la conducta divina de la trasgresión social”, (4)

Las mujeres pobres a menudo sólo podían sobrevivir gracias a la prostitución, también en los templos sagrados, dado que no se les permitía tener ninguna herencia; los muchachos huérfanos seguramente se encontraron en la misma encrucijada. En todo caso, desde una fecha muy temprana en la historia humana, se usó la prostitución, masculina y femenina, tanto para recolectar fondos para el culto, como para garantizar la subsistencia individual.




Igual que en  China o  Japón, en la India se desarrolló una importante industria de pinturas, grabados, miniaturas y dibujos en los que podían observarse todo tipo de relaciones sexuales, destacando los temas relacionados con el Kamasutra.  Esta industria fue muy importante bajo el dominio mogol y duró hasta el inicio del Protectorado Británico, el siglo XIX. La islamización de la India no significó un aumento de la represión sexual, más bien todo lo contrario, mientras los preceptos religiosos rechazaban la homosexualidad, los nobles musulmanes mantenían harenes llenos de muchachos para su goce personal.

Entre mediados y finales del siglo XIX la influencia moralizante occidental llevó a muchos hindúes a avergonzarse de una práctica que los colonizadores definían como un crimen repugnante, mientras de puertas adentro hacían todo lo contrario. Esta importante industria fue prohibida, y buena parte de su producción  destruida. Occidente no llevó la homosexualidad a la India, pero sí la homofobia.

 Las primeras leyes contra las relaciones homosexuales son de 1860 bajo la ocupación británica y son una mera copia del código penal de la metrópoli.  Las duras condenas podían ser desde diez años de presidio a cadena perpetua. La pena podía afectar también actos sexuales heterosexuales considerados antinaturales, como el sexo anal o el oral. La dureza victoriana sobre el mundo hindú tuvo nefastas consecuencias sobre sus propias tradiciones identitarias.

Con los años, los movimientos anticoloniales llegaron a interiorizar los valores reaccionarios de los dominadores, señalando que las relaciones homosexuales eran antinaturales y contrarios a los valores familiares. Los movimientos nacionalistas fueron más allá y lo señalaron como un vicio occidental que podía acabar con las ancestrales tradiciones hindúes. Entre los que defendieron esta opción estaba el mismo Mahatma Ghandi, que desconfiaba profundamente de toda tipo de sexualidad, seguramente por reprimir  la suya propia.

Rictor Norton (5) cuenta que entre los años 1920 y 1940 los escuadrones de devotos creados por el propio Gandhi acabaron con buena parte del patrimonio histórico hindú, especialmente el que representaba el homoerotismo esculpido en sus templos, sobre todo en los del del siglo XI. Su objetivo era fomentar entre la población autóctona la creencia de que tales comportamientos son el resultado de influjos extranjeros contaminantes, principalmente los euro-occidentales. A muchas figuras “hermafroditas”  les quitaron los pechos o el pene, para pasar a representar sólo a un hombre o una mujer. Cuando la representación era de dos mujeres, se masculinizaba a una. Las relaciones entre hombres  eran eliminadas.

Norton nos señala que“ La masculinización de la iconografía femenina y lesbiana fue una práctica corriente en Gujarat, este vandalismo cultural anti-gay fue atestiguado por Giti Thadani (1996): 'En Bhuveneshvar, en El templo de Lingraj, vi los pechos de una diosa cortada, luego pulida de naranja, y nació una nueva divinidad masculina. En Tara Tarini, el templo de las diosas gemelas lesbianas, la iconografía original de las diosas abrazandose, fue reemplazada por una imagen heterosexual. La heterosexualidad normativa fue impuesta retrospectivamente a la historia de la India.” (5)



Gracias a intelectuales como Rabindranath Tagore se pudo frenar temporalmente esta actividad destructiva, pero la India independiente no recuperó su tradicional respeto hacia una sexualidad libre, tampoco hacia la identidad de género de su población.  Bajo el mandato de Jawaharlal Nehru se reinició este trabajo de negación, no solo eliminando parte de su pasado, sino también legislando  contra  él. Pese a esto un buen amigo suyo, el coleccionista homosexual Alain Daniélou, pudo huir a Suiza con buena parte de los testimonios de este patrimonio perdido.

Curiosamente varias publicaciones señalan una evidente relación amorosa entre Mahatma Gandhi y el arquitecto judio Hermann Kallenbach  (6).  La adquisión de la correspondencia entre ambos por parte del gobierno  hindú  y su imposible acceso en la actualidad aumentan aun más esta hipotética relación que pudo ir mas allá de una simple amistad. Hoy en la India considerar que el padre de la independencia podía ser homosexual es una herejía, aunque los derechos homosexuales y su visibilización avanzan lentamente en las grandes ciudades como Bombay.

Un ejemplo de lo complicado que es trabajar por los derechos LGTBI fue la historia del activista Shivananda Khan,(7) que en la década de los años 90 intentó luchar contra la pandemia del sida en este país. Creador del Proyecto Naz que promocionaba el sexo seguro entre la población hindú, quiso ir mas allá mostrando con imágenes del patrimonio destruido que la homosexualidad sí era propia de ellos y no importada. Fue considerado promotor de la pornografía, el programa  suspendido y los trabajadores quedaron sin empleo. Naz aún hoy sigue luchando por los derechos igualitarios de la población LGTB hindú, siendo un referente a la hora de dar respuestas frente el sida en todo Oriente.

Se han ido realizando tímidas reformas; en las grandes ciudades hay locales y asociaciones con sus propias publicaciones, pero las uniones homosexuales siguen estando penalizadas por ley .Las personas transgénero, hijras y jishras especialmente, siguen  marginadas y muchos gays en los armarios.  Aún hoy la población hindú  cree  que la homosexualidad es una importación del decadente Occidente y el estigma sigue vivo.  

Bibliografía:
(1) García Valdés, Alberto. Historia y presente de la homosexualidad. 1981, Editorial Akal.
 (2) Alberto Mira, Para Entendernos. Ediciones de la Tempestad.
 (3) Traducción libre de “There are also third-sex citizens, sometimes greatly attached to each other and with complete faith in one another, who get married together.”
(4) Robert Aldrich  Gays y Lesbianas. Vida y conducta. Editorial Nerea,
(5)   Rictor Norton, The Suppression of Lesbian and Gay History. Ensayo.  http://rictornorton.co.uk/suppress.htm
(6)  Jad Adams.  "Gandhi, naked ambition"  2011   Editorial: QUERCUS PUBLISHING 
(7) Leopold Estapé, Shivananda Khan, El activista acusado de pornografía. Blog L’ARMARI OBERT http://leopoldest.blogspot.com.es/2014/06/shivananda-khan-el-activista-acusado-de.html






divendres, 1 de setembre del 2017

JULIUS LEWANDOWSKI Y LA EVOCACIÓN HOMOERÓTICA.

Julius Lewandowski (n. 1977) es un artista autodidacta polaco. Es de los pocos autores de este país que se atreve con temas homoeróticos, presente en gran parte de su obra artística.






Gran parte de su obra pictórica está basada en temas autobiográficos, que en realidad son un pretexto para mostrar los problemas universales de la naturaleza humana. En su obra también pueden aparecer temas relacionados con la Revolución Francesa, la guerra civil en España o la República de Weimar. Tambien abarca la delicada situación que vive hoy Polonia. Su obra muestra evidentes influencias de a pintura figurativa de inicios del siglo XX, especialmente la pintura rusa. Aunque los temas homoeróticos son los mas frecuentes. 







Christopher Harrity ha dedicado un completo trabajo gráfico para la revistaThe Advocate dedicado a este autor. Según él: "Julius Lewandowski evoca un pasado oscuro y romántico que el mismo Christopher Isherwood podría haber reconocido. Su obra nos recuerda a los pintores alemanes Otto Dix, George Grosz y Max Beckmann, es erótica y nos presenta una visión "ansiosa" (anxious view) de la sociedad. Es como si un tesoro lleno de obras de arte no destruidas por los nazis saliera hoy a la luz." (1)