Porque entre los otros pecados y delitos que ofenden a Dios nuestro Señor, e infaman la tierra, especialmente es el crimen cometido contra orden natural; contra el que al las leyes y derechos se deben armar para el castigo deste nefando delito, no digno de nombrar, destruidos de la orden natural, castigado por el juicio Divino [...]
mandamos, que cualquier persona, de cualquier estado, condicion, preeminencia o dignidad que sea, que cometiere el delito nefando contra naturam …que sea quemado en llamas de fuego en el lugar, y por la Justicia [...] Reyes Catolicos Premática sobre el pecado nefando.
Auto de fe en la plaza Mayor de Valladolid, según una calcografía de principios del siglo XVII.
Tenemos la idea falsa de que la Edad Media fue una época de oscurantismo y persecución que acabó con la llegada de la Edad de las Luces, la mal llamada Edad Moderna. No fue así, con el siglo XV se entró en una época oscurantista, de regímenes absolutistas que lo eran por la gracia de Dios y actuaban de conformidad con ello.
Fueron siglos de persecuciones contra los sodomitas, que eran llevados a las plazas de los pueblos y ciudades para ser quemados tras terribles tormentos. También época de persecución de la brujería, contra mujeres libres, curanderas, sabias y en muchas ocasiones lesbianas.
I ARAGÓN Y CASTILLA
En España la realidad fue aún peor. Los Reyes Católicos (1497) dictaban la Pragmática de Medina del Campo que iniciaría una feroz persecución contra el "pecado nefando", persecución que sería trasladada a los países conquistados por Castilla, especialmente en América. Los sodomitas descubiertos debían ser quemados y sus bienes incautados.
El sexo no procreativo era considerado un vicio, un pecado. El concepto sodomía no afectaba tan solo a los hombres que tenían sexo con otros hombres, también las mujeres que practicaban el sexo "dorsal", incluso dentro del matrimonio. Ellas podían ser castigadas por sodomía.
En los reinos de la Corona de Aragón a partir de 1525 se autorizó a la Inquisición a actuar contra los sodomitas, pues ni sus fueros, ni sus constituciones la penalizaban. En Zaragoza o Valencia los sentenciados a muerte fueron centenares. Es necesario recordar que hasta el siglo XVIII Castilla y los reinos de Aragón tuvieron leyes distintas e incluso las competencias del Santo Oficio variaban según de que territorio se trataba.
Paralelamente algunas ciudades italianas se sumaron, más tarde fue Francia (1530) Inglaterra (1533) el Sacro Imperio (1532). Los países nórdicos tardaron. Curiosamente Rusia o los países islámicos fueron mucho menos estrictos durante estos siglos. En Francia mientras los tribunales eclesiásticos dictaban sentencias contra los sodomitas, mientras sus reyes y príncipes tenían relaciones homosexuales sin ningún pudor.
El siglo XVI y el reinado de Felipe II fue la época más dura. Entre 1616 y 1630 todos los casos fueron sentenciados a la hoguera. Muchas personas preferían suicidarse antes de ser detenidos y cruelmente torturados, otros eran asesinados por su propio entorno para evitar el descrédito que suponía convivir con un sodomita.
Se consideraba que era un vicio importado de Italia, incluso se señalaba a Antonio Pérez, secretario de Felipe II caído en desgracia, como la persona que lo había introducido. Artistas y pintores eran especialmente vigilados para evitar que introdujeran ideas contrarias a los establecido o practicaran "actos impuros". Aludir o citar la sodomía estaba mal visto y cuando se hacía era siempre para criticarla.
En Sevilla había un lugar llamado la Huerta del Rey donde la práctica del cruising ya era muy común en pleno siglo XVI. Se trataba de un campo de árboles frutales en las afueras de la ciudad propicio para los encuentros ocasionales y refugio de clandestinos amoríos. También era un lugar donde algunos mozuelos por un pequeño sustento satisfacían los deseos de hombres adultos. Pero en Sevilla donde más personas fueron quemadas acusadas de sodomía.
Es Quevedo quien mas cita a la sodomía sea para acusar o desprestigiar a alguien (a Góngora le llamaba "apenas hombre" y "bujarrón") o para hacer burla de ella: "De los sodomitas no solo no sabemos de ellos pero ni querríamos saber que supieren de nosotros; que en ellos peligrarían nuestras asentaderas y los diablos por eso traemos colas, porque como están acá habemos menester mosqueador de los rabos." Las acusaciones de Quevedo a Góngora provocaron un juicio "postmortem" al poeta cordobés.
Aún así existió un barrio semi-clandestino en Valencia y otro en Nápoles. Castilla mostraba su orgullo en ser hegemónica en la lucha contra el pecado nefando, vicio que procedía de Italia o que era practicado por los infieles turcos, mientras los países protestantes legalizaban el divorcio, cerraban monasterios y permitían a los clérigos casarse. Su afán en cristianizar el mundo les llevó a martirizar cruelmente a los indígenas sodomitas del "Nuevo Mundo".
II RESTO EUROPA Y AMÉRICA
A pesar de las persecuciones, durante esta época había lugares donde los hombres se encontraban para tener sexo. Tabernas, baños públicos, posadas... Normalmente en las zonas periféricas de las grandes ciudades podían existir lugares que pasaban desapercibidos por quienes perseguían a los "sodomitas".
En la periferia de Londres existían las "molly house", posadas en las que dos hombres podían alquilar una habitación para estar solos sin que nadie les preguntara. Incluso llegaron a celebrarse bodas en algunas de ellas, aunque sin validez jurídica. Aunque en los registros ingleses constan inscritas varias parejas homosexuales como matrimonio durante el siglo XVII, época en la que los sodomitas ingleses recibían duras penas.
Redes de prostitución clandestina funcionaban en las grandes ciudades, en ellas nobles, clérigos o hidalgos eran sus clientes, los posaderos no ponían problemas ante un negocio seguro. Mientras los niños y los adolescentes eran embaucados, a veces contra su voluntad. Ello bajo el peligro de azotes, galeras, torturas u hogueras. Los prostíbulos eran tolerados y pagaban sus impuestos a la iglesia y al rey en muchas ciudades.
Los caballeros o hidalgos pasaban largas temporadas fuera de casa, incluso años, generalmente enrolados en los ejércitos. Muchos jóvenes soldados buscaban la protección de un soldado mayor, hecho que se veía con cierta normalidad dentro del ámbito militar, pero no fuera, en la marina incluso se protegían estas uniones.
Conocida es la anécdota de Benvenuto Cellini que al ser acusado de sodomía declaró que "el noble arte de hacer el amor era práctica de los dioses antiguos o los gobernantes, no de un humilde artísta. ". A pesar de ello fue condenado en varias ocasiones.
Una mención especial merece Prusia. Durante el siglo XVIII los distintos reinos europeos fueron suavizando sus leyes contra la sodomía. Voltaire señaló: La sodomía, mientras que no haya violencia, no puede ser responsabilidad de las leyes criminales. No viola el derecho de ningún otro hombre. [...] Es un vicio bajo, asqueroso, cuyo verdadero castigo es el desprecio. Este pensador francés fue amigo de Federico el Grande, pero al descubrir su homosexualidad le definió como «amable ramera» .
Prusia no suavizó sus leyes hasta finales del siglo XVIII, manteniendo duras penas como trabajos forzados o reclusión de 4 a 6 años, pero antes aplicó la pena capital con extrema dureza. La peor época fue la de Federico Guillermo I el «Rey Sargento», éste llegó a ejecutar a un amante de su hijo Federico el Grande obligándo a éste a estar presente ante el pelotón de fusilamiento.
Otro caso fue el de Anastasio Lagrantino, cuyo nombre oficial era Catharina Margaretha. Vivió como hombre y se casó con una mujer prusiana. Denunciado por su suegra fue detenido/a y acusado de cometer sodomía con instrumento inadecuado. Federico Guillermo ordenó su muerte por decapitación.
La legislación prusiana tendrá terribles consecuencias para Alemania y Europa a partir de su unificación a finales del siglo XIX.
III LESBIANAS
Poco sabemos de las lesbianas durante esta época, más allá de las terribles persecuciones contra la brujería. En América se conocen casos de guerreras que se casaban con otras mujeres y adoptaban a propios hijos, aunque más allà del escándalo que produjo entre los exploradores no se conocen actuaciones en contra.
La Inquisición en la Corona de Aragón condenó a diversas mujeres por sodomía, pero eran relaciones heterosexuales, se les acusó de ser "conocidas por detrás" (sexo anal) por sus maridos y esposos.
En Brasil la competencia de perseguir a la sodomía era de la Inquisición, allí se conocen algunos de los pocos casos de lesbianas sentenciadas por el delito de sodomia. Tal es el caso de Filipa de Souza, fue juzgada junto a otras mujeres y acusada de haber tenido relaciones sexuales con ellas. Tras ello fue humillada publicamente en la picota, mientras su historia era explicada en la catedral de la ciudad para escarnio de sodomitas. Tras ello tuvo que pagar las costas del juicio, antes de abandonar la ciudad camino del destierro. Nada más se supo de ella.
La mujer inglesa de los siglos XVIII-XIX no tenía derechos, estaba expulsada del mundo de la enseñanza y la cultura y vivía subyugada a la voluntad de los hombres. Muchas mujeres se opusieron a ello. El castigo que podían recibir era la ablación de clítoris, las mujeres no tenían derechos y sus tutores podían disponer de ellas, fueran padres, hermanos o esposos.
En este estado de cosas muchas mujeres optaron por travestirse y llevar una vida libre simulando ser hombres. Una de ellas fue Mary Hamilton, después Charles. Su biógrafo señala que ya con 14 años se juntó con otra joven metodista, Anne Johnson. al ser descubierta tuvo que huir, y así en cerca de 10 ocasiones hasta llegar a somersetshire donde conoció a Mary Price, una joven desconocedora de todo lo concerniente al sexo. Se casaron y el matrimonio duró dos meses, al ser reconocida reconocida por un antiguo paciente Finalmente su pareja admitió ser engañada "por las prácticas más viles y engañosas", y que "Después de su matrimonio se acostaron varias noches y que Charles Hamilton "había entrado en su cuerpo varias veces", lo que le hizo creer que Hamilton era un verdadero hombre ".
Mary/Charles fue condenada a prisión y picota pública por fraude por "hacerse pasar por hombre''.
Bibliografía
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Bruquetas se Castro, Fernando. Reyes que amaron como reinas. La Esfera Libros.
Cabañas Agrela, Miguel. Reyes sodomitas. Ed Egales
Garza Carvajal, Federico. Quemando mariposas: Sodomía e imperio en Andalucía y México, siglos XVI-XVII: 39 (Rey de bastos) Ed Laertes
Riera, Jaume. Sodomites Catalans. Editorial Base.
Tomás y Valiente, Francisco "El crimen y pecado contra natura". Ed Tecnos.