El periodista Enrique Rubio desde el semanario POR QUÉ fue el martillo de herejes contra homosexuales y transexuales en los años 70. Su odio ayudó a impulsar la Ley de Peligrosidad, llegando a cuestionar decisiones judiciales contrarias a sus campañas homófobas.
La ley sobre peligrosidad y rehabilitación social fue una ley española aprobada por el régimen franquista el 5 de agosto de 1970, mientras Europa despenalizaba las relaciones homosexuales, España debatía una ley con vocación de "preventiva", quería condenar a la gente solo por ser homosexual . El brazo jurídico tuvo en Barcelona uno de sus defensores más acérrimos, el juez Sabater, la campaña periodística tuvo también aquí uno de sus abanderados en el periodista Enrique Rubio.
Tiempo en los que la actitud de la prensa era altamente agresiva contra todo intento de modernización del país. Especialmente la liberación sexual les ponía los nervios de punta, ver chicos con cabelleras largas y chicas con pantalones lo interpretaban como el fin de la "raza hispánica", y los homosexuales como la máxima degeneración. Esta intransigencia periodística jugó un papel fundamental en la defensa de la "Ley sobre peligrosidad y rehabilitación social", semanarios como POR QUÉ o Guadiana, o diarios como Pueblo, La Vanguardia o ABC publicaron artículos incendiarios contra las personas LGTB. Por cierto eran incapaces de distinguir, por ellos todos eran "maricones" o como mucho homosexuales, la transexualidad no existía.
El cura Felix García escribía en 1970 (ABC): "" La homosexualidad antes nefanda, crecida ahora como una planta morbosa, no se recata, sino se Hace fuerte y reclama Derechos y justicia ... A este Proceso de degradación del hombre corresponde ese Otro Fenómeno feo de la masculinización de la mujer ".. (1).
La prensa, con el diario del Emilio Romero “Pueblo” al frente, asociaba homosexualidad a delincuencia y crimen. Un titular de un diario sevillano decía:" Niño asesinato por un homosexual "La noticia hablaba de un perturbado mental, sin antecedentes como pederasta ni como homosexual.
Enrique Rubio fue el máximo exponente de este periodismo sensacionalista. Él llegó a definir al maquis "La Pastora" como una mujer lesbiana de instintos criminales, haciendo de este caso un acto de exaltación patriótica en la que la falsedad era transformada en noticia. La postverdad tuvo en este periodista un buen precursor. De ella decía: "" la cruel mujer que durante seis años ha estado sembrando el crimen y el terror desde la sierra de Caro, al frente de una partida de bandoleros conocida miedo Banda de los Siete ". La" monstruosa mujer ... (que ) ... Había encontrado la vida adecuada para saciar su patológica sed de crímenes ". en un" espectacular atraco "-escribirá-:" ella personalmente asesina a un matrimonio y dos hijos, Dejando herido a un tercero ".". Nada de esto era cierto, pero la homofobia vendía periódicos y día a día era alimentada por aquellos que iban de periodistas dando clases de moral a todo el mundo.
Mientras Europa avanzaba en derechos, estos medios tiraban fuertemente para volver hacia un pasado "glorioso" más imaginario que real. Mirad: http://leopoldest.blogspot.com.es/2011/06/teresot-donde-nadie-te-encuentre.html
En aquella época Sitges y Lloret atraían al turismo homosexual europeo, muchos jóvenes de toda España aprovechaban para ir creyendo que había una libertad que no existía. Especialmente en Sitges las fiestas con transformistas y travestis eran muy frecuentes, Pero al marchar los turistas el control policial aumentaba. Así un grupo de jóvenes gaditanos fueron pillados por la Guardia Civil que pasó la información al POR QUÉ, semanario que hizo una campaña sensacionalista y denigrante contra estos jóvenes. Todo indica que estos ni eran transexuales, ni homosexuales, tan sólo unos jóvenes gaditanos con ganas de juerga. Quedaron en libertad, pero su imagen con los ojos tapados estuvo en la portada del semanario de sucesos. “Para el tercer sexo todo el año es carnaval” “Baile de violetas” En el editorial Enrique Rubio escribía: "Usted lector ha oído hablar de los travestis, de los gais, de lo que en castellano puro se llaman maricas o, finalmente, homosexuales."
Otro caso en el que intervino Enrique Rubio fue el asesinato del Ramon Boada, él señalaba la indudable culpabilidad de Ramon. Según este semanario sensacionalista, Ramón hizo del pobre taxista objeto de sus "desviaciones sexuales", usando un vocabulario "impúdico, vergonzoso e inconfesable" .. Para el articulista el taxista se defendió de un acoso sexual intolerable terminando por estrangular el "perverso homosexual". El periodista acaba poniendo en duda el dictamen forense, dudando que hubiera muerto por estrangulación. A pesar de su campaña, el taxista fue condenado por homicidio.
(1) El látigo y la Pluma, Fernando Olmeda.