Alexander Andreevich Ivanov (1806-1858) estudió bellas artes en su ciudad natal, San Petesburgo. Aun sin acabar los estudios su cuadro "José interpreta los sueños del copero y en panadero en prisión" recibió la medalla de Oro y una beca de estudios en Italia. Tenía 21 años y una prometedora vida como artista por delante, lo cierto es que su obra no fue valorada hasta después de su muerte.
Se instaló en Roma, allí conoció a Nicolai Gogol con quien vivió durante una larga temporada. En su "Retrato" hay una referencia a Ivanov:
"Hay que examinar y estudiar todo lo que uno ve, debe someter a todo un pincel y de ser capaz de descubrir en todo un significado interno y, sobre todo, para comprender el alto misterio de la creación. "
Los temas religiosos o mitológicos eran los mas frecuentemente tratados. La Biblia o la mitología griega inspiraban una obra en la que aparecía de forma muy frecuente el desnudo masculino, en especial de jóvenes y adolescentes.
Alrededor de 1833 Ivanov concibió un plan para pintarsu obra maestra: "La Aparición de Cristo a los hombres" (1837-1857). Este cuadro fue su obra maestra. Trabajó en ella durante veinte años. Más de 100 esbozos, numerosos dibujos y diseños de detalle,a gran escala. Su tamaño es 540x750 cm (212,6 X295, 2 pulg). En el primer plano de la imagen hay una serie de figuras masculinas desnudas, a la espera de ser bautizados en el río Jordán por Juan el Bautista. Mientras que Juan el Bautista, con su traje de piel de animal bajo un manto largo, un báculo en su mano izquierda, se da vuelta y levanta los brazos dramáticamente hacia la solitaria figura de Cristo, que aparece en una elevación rocosa en la tierra de en medio, detrás de él una grandes montañas claras y distantes.
Alexander rechazó la pintura romántica de la época, se opuso a la pintura de Delacroix, bebió sin duda de la pintura clásica, intentado apartar sus sentimientos, especialmente los religiosos. Su tratamiento de los temas religiosos hizo que se le considerada próximo al movimiento de los "nazarenos", pintores románticos alemanes que pretendían revivir la honradez y la espiritualidad en el arte cristiano.
Las lecciones de arte clásico griego también son presentes en su obra, en la pintura deApolo, Jacinto y Cypress Cantar y Jugar ( 1934). El joven Jacinto toca la flauta, Cypress está adormilado, mientras que Apolo, en calidad de representante supremo de las Musas, está dirigiendo esta acción maravillosa. El grupo está representado sobre un fondo abierto atravesado por los rayos del sol del sur.
En 1858, Ivanov regresó a San Petersburgo y murió dos meses después víctima de la peste. Su enorme influencia en el arte ruso es innegable. Sin duda se encuentra entre los grandes artistas rusos de la primera mitad del siglo XIX. Sus pinturas, estudios y dibujos son una parte invaluable de la herencia clásica. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, cuando Ivanov regresó a San Petersburgo su obra no era valorada, no fue hasta 1870 cuando el valor real de los logros artísticos de Ivanov se apreció plenamente.
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