divendres, 27 de maig del 2022

DEL VICIO SODOMITICO A LA ESTIGMATIZACIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD

 

A menudo vemos cómo cada vez que surge una desgracia o aparece una nueva epidemia sale alguien culpando a la homosexualidad. Desde el estigma de la lepra, al cóvid o la viruela del mono, desgraciadamente siempre ha sido así.




En realidad este mensaje estigmatizador aparece por primera vez a finales del siglo IV y llegó de la mano de Agustín de Hipona que por primera vez relaciona a Sodoma como paradigma de todas las impiedades, y señala que la “fornicación entre hombres era un peor crimen que fornicar con la propia madre y violaba la “sagrada” relación que existía entre los hombres y el “Creador”.

Ya antes la Bíblia había señalado a la lepra como un castigo divino contra el hombre por sus muchos pecados, especialmente los de fornicación y entre ellos la que se realizaba entre hombres, pero formaba parte de la condena generalizada contra cualquier relación sexual no procreativa.

Las palabras del de Hipona sirvieron para hacer leyes contra la sodomía, un buen pretexto para sacar enemigos incómodos. Así Jaime II el Justo un día dijo “los pecados de sodomía en nuestro reino hacen llorar a Dios y debemos actuar” Y así ordenó procesar a los Templarios y al conde de Empúries bajo acusación de sodomía, pero una vez cobrado una buena suma de dinero, el problema ya había desaparecido.



Teólogos, médicosy juristas  consideraban las enfermedades como una manifestación de la voluntad de Dios que actuaba según la moral de las personas. Así  la lepra con se relacionaba con la herejía,  así los pueblos que permitían estos comportamientos, sufrirían el castigo divino a través del envío de epidemias, terremotos, seguías, inundaciones,... Y  entre todos esos pecados se encontraba también la sodomía, pecado para las autoridades eclesiásticas i crimen para las civiles.

Con el crecimiento de las ciudades aumenta las libertades, especialmente las sexuales, y los poderes eclesiásticos ven en los que no siguen sus pautas un peligro por su pérdida de poder. Así su estructura represora se iniciará contra herejes, judíos y los sodomitas. Reinos e iglesia querrán unificar todo bajo un solo poder de origen divino leyes que regularán comportamientos y castigarán diferencias, y la Inquisición será la herramienta que lo llevará a cabo con puño de hierro y ausencia absoluta de misericordia. Boswell señala que ello produjo una “pérdida de libertad para grupos sociales diferenciados o en condiciones de desventajas”

La peste o la sífilis serán las nuevas epidemias que se utilizarán para culpar a los sodomitas. Girolamo Savonarola en Florencia o San Bernardino en Siena clamaban contra los actos contrarios a la naturaleza, según ellos  causantes de tanto mal, mientras olvidaban que la sífilis era el enfermedad de moda entre papas y cardenales y su principal causa de muerte. Fruto de ello en Florencia se quemaron a cientos de personas acusadas de sodomía, en Castilla y sus colonias de ultramar a los Reyes Católicos dictaron en 1497 la Pragmática contra la sodomía, paralelamente a otras leyes contra gitanos y judíos. La Inquisición fue la que se encargó a los reinos de la Corona de Aragón.



Siempre ha sido más fácil buscar al culpable, que describir las raíces de la enfermedad y así siempre fue más fácil culpabilizar que sanar. Así la sífilis era un castigo divino por la sodomía o un mal francés o turco, y el sida era la respuesta de Dios a la vida disoluta de los homosexuales, y se definió antes como el cáncer rosa que saber de la existencia del VIH. Estas enfermedades de transmisión nada tienen que ver con grupos de riesgo, sino en prácticas que permite la transmisión más allá del género o color de piel de las personas.

Pero uno de los argumentos más gruesos vinieron del papa Juan Pablo II diciendo que "el uso de preservativos es una blasfemia contra Dios incluso para prevenir el SIDA", este hecho especialmente en África, ha causado cientos de miles de muertos, posiblemente millones; un genocidio en toda regla que ha quedado impune.



Pero día a día seguimos viendo como se culpabiliza antes de buscar causas y soluciones, y siempre los homosexuales somos los primeros en recibir. Ha ocurrido con el cóvid, con la viruela del mono e incluso se han creado noticias falsas señalando que la masacre de Texas la realizó una persona trans. 

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