San Pelayo está considerado un ejemplo de la virtud
de la castidad juvenil frente a la homosexualidad.
Martirio de san Pelayo. Juan Soreda, retablo mayor de la iglesia de San Pelayo de Olivares de Duero |
Tras la expulsión de
los visigodos de la
Península Ibérica la mayor parte de la población
hispano-romana aceptó la cultura musulmana y con ella su religión. Se cree que
menos de un 25% siguió aceptando el cristianismo. No eran perseguidos, ni
tampoco marginados.
Su única obligación
era pagar sus tributos y evitar el proselitismo religioso. Se conocen
cristianos que ocuparon puestos de importancia en la administración o la
milicia, tanto del emirato como mas tarde del califato, o en los reinos de
taifas. Incluso se celebraron regularmente Concilios para debatir cuestiones de
fe y la relación de la comunidad cristiana con la musulmana.
Este clima de
respeto y tolerancia se veía a veces rota por algunos fundamentalistas
cristianos como el obispo Eulogio. Éste llamaba al martirio a la juventud de Al
Andalus, como medio de salvación.
Mandaba a sus partidarios a la
Mezquita de Córdoba a insultar al Profeta y al Corán. Todos
estos hechos eran utilizados por los cristianos
de los reinos del norte, especialmenete León, para presentarse como
víctimas y justificar la persecución de los hispano-musulmanes, expulsarlos de
sus tierras y crear la falsa idea de la Reconquista. Es en
este contexto en el que aparece Pelayo, un joven de Tuy.
Supuestamente Pelayo
era un joven capturado por la milicia hispano-musulmana del Califato de
Córdova. Cuenta la leyenda que el califa Abderramán III cuando lo vio se
enamoró de él, no en vano tenia en su Corte un buen número de bellos muchachos.
Se dice que este poderoso monarca requirió sus favores sexuales, que Pelayo se
negó señalando su fe en Cristo y por ello
fue martirizado por despedazamiento o desmembramiento mediante tenazas
de hierro.
La realidad seguramente fue distinta. Pelayo era hermano del obispo de Tuy, Córdova pidió rescate por él y este jamás llegó. Tras ser abandonado por su familia se dedicó al proselitismo religioso por la ciudad califal. La noticia de la tortura y muerte del joven fue utilizada como un ejemplo de santidad.
La leyenda de San Pelayo aliementó la islamofobia y la homofobia franquista. |
La realidad seguramente fue distinta. Pelayo era hermano del obispo de Tuy, Córdova pidió rescate por él y este jamás llegó. Tras ser abandonado por su familia se dedicó al proselitismo religioso por la ciudad califal. La noticia de la tortura y muerte del joven fue utilizada como un ejemplo de santidad.
Las juventudes
falangistas (OJE) utilizaron esta leyenda para presentarle como modelo de joven
cristiano y mártir. La revista "Flechas y Pelayos" unían su nombre al
de otra leyenda muy apreciada por ellos: Don Pelayo. La Iglesia Católica
no quiso ser menos y le canonizó como ejemplo de la virtud de la castidad juvenil
frente a la homosexualidad.
Mas información:
Pelayo, efevo y santo. Una historia hispana de mito y martirio:
Pero por supuesto que se ha usado Pelayo como un simbolo. Uno de los objetivos de las religiones organizadas es el control del impulso sexual. Que mejor manera de controlar que martirizar lo que no se puede controlar?
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