La zona de las calles Cid / Peracamps tenía muy mala
prensa. Los anarquistas pedían directamente derribarlo todo, Josep Pla decía
con sorna "la calle Cid, nos hace quedar muy bien". Popularmente era
conocida como la callejuela maloliente.
Era un barrio habitado por
la gente más pobre de la ciudad, a pesar de todo a esta zona triunfaron dos
locales con una prestigiosa mala fama internacional: La Criolla o Cal Sacristà.
"Miseria, vicio, prostitución, droga,
robo, travestismo, invertidos, homosexualismo, artistas maricones, lugar de
pseudo intelectuales ..." Eran palabras que utilizaba la prensa
sensacionalista de su tiempo cuando hablaba de los dos locales. La izquierda
más radical y los anarquistas calificaban a la población de la zona como
lumpen.
Pero a mayor crítica de
prensa y moralistas, más éxito de la zona. La "Gente bien" de la ciudad no se quería perderse el espectáculo,
donde además se podía encontrar a intelectuales del renombre de Simone Weil,
Jacinto Benavente, Joseph Kessel, George Bataille, Margarita Xirgu, Douglas
Fairbanks ... En 1934 un comentarista del diario "la Voz" de Madrid,
decía que la Criolla o Cal Sacristà "han
Dado más fama internacional a Barcelona que la pasada Exposición internacional
de 1929" (1) El mismo Jean Genet malvivió como un apátrida canalla por
la zona, vendiéndose al mejor postor, o desvalijando al mas despistado.
Pero entre los críticos de
la zona destacan por encima de todo los anarquistas. El cenetista Adolfo Hueso
(2), quien no tenía mucha simpatía ni por la gente de la zona, ni por los
homosexuales, señala: "En la Criolla
era el viejo transformista Bertini, que en sus mejores tiempos llegó a hacer
dudar si era hembra o macho ... Enfrente la estrella era Mirco, lleno de
juventud, luciendo un deslumbrante vestuario femenino, que las malas lenguas
afirmaban que era pagado por un conocido fabricante, que harto del amor fácil
había optado por el " homosexualismo ". Y seguía hablando de Cal
Sacristà, donde sólo podían actuar" maricones
provados, pues era el paraiso de los invertidos. Actuaban todos Ligeramente
vestidos como hembras y con repertorio femenino " Sigue explicando que
era lugar donde no iban hombres que buscaban mujeres, ni mujeres que buscaban
hombres, para terminar criticando a los sindicalistas que iban con el pretexto
de" conocer los vicios burgueses
". está claro que a pesar de todo, muchos anarquistas visitaban la zona,
especialmente afiliados a la CNT.
La Soli (Solidaridad obrera,
diario de la CNT) llamaba la calle Cid como el "callejón maloliente",
mientras pedían derribar el barrio para acabar con terribles enfermedades como
para ellos lo era la homosexualidad, un vicio que ellos atribuían a personas
degeneradas y siempre anti-revolucionarias.
Tras el golpe de estado
fascista de julio de 1936, el cenetista de 26 años Félix Martí Ibáñez (3) fue
nombrado director general Salud Pública y Servicios Sociales de la Generalidad
de Cataluña, de hecho dirigió el departamento por donde pasaron muchos consejeros
que ni llegaban a hacer raíces. Fue una figura de prestigio internacional (3),
promocionó leyes como el derecho al aborto. Él no creía que la homosexualidad
fuera una enfermedad, se decantaba por considerarla un vicio, y para evitarlo
prohibió su presencia en los locales de Barcelona, prohibiendo el travestismo
como medida para defender la salud pública de los ciudadanos.
Durante 25 años el
travestismo estuvo prohibido en Barcelona, hasta que hacia 1960, en el
Cambrinus de la calle Guardia, Madame
Arthur ... pero esa ya es otra historia.
NOTA: los planteamientos de
la CNT no eran diferentes a los del resto de partidos de izquierda, PSOE
incluido, hasta finales de los años 70.
(1) Villar, Paco. La
Criolla, La puerta dorada del Barrio Chino "Ed Comanegra.
(2) Adolfo. Diario de un
cenetista. Ed Ariel.
(3) FÉLIX MARTÍ IBÁÑEZ
(1911-1972). NOTA SOBRE SU ACTIVIDAD COMO MÉDICO EN LA DÉCADA DE 1930. L’ÈPOCA
ANARQUISTA. Laura Martínez Sadurní.
Mas:
Genet, Jean. Diario del
Ladrón,
Fascinante.
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