Según nos cuenta el santoral cristiano, Eugenio era un piadoso caballero que enviudó a finales del siglo V en el Líbano, quedando con una niña a su cargo. Su intención era entrar en un monasterio, por lo que propuso a su hija buscarle marido. Ella le contestó que no era su opción, que para nada quería esposar con un marido.
No encontrando otra opción decidieron que la niña se hiciera pasar por niño y entrara en el monasterio como otro monje. Fue así como ingresaron ambos en el Monaterio de Oannoubine, en el Valle Sagrado del Líbano.
El nombre que tomó fue el de Marinus. Durante 16 años nadie sospechó el secreto que celosamente guardaba. La vida de oración y ascetismo, creían, era la causa de su tan fina voz y su aspecto angelical.
Un día tuvo que pernoctar en una posada y allí una mujer intentó seducirle y al ser rechazada acusó al monje de haberla forzado, dejándola embarazada.
Enterados en Oannoubine le expulsaron de la congregación. A pesar de ello no abandonó al niño y se hizo cargo de él, tampoco hizo público la imposibilidad de ser el padre. Fuera del convento siguió con su identidad masculina, dedicándose a mendigar.
Al final el Abad se apiadó y permitió su reingreso. Al niño lo educaron como a un monje y a Marinus le dieron las peores faenas del monasterio, en un estado de semiesclavitud. No fue hasta su muerte cuando se descubrió la realidad.
El caso de Marinus, luego Santa María del Monasterio (Monk), no es el único que nos encontramos en la historia. En todas las épocas nos encontramos mujeres que por querer llevar otra vida, por sentirse hombres, por querer vivir como ellos o simplemente por amar otras mujeres, tuvieron que llevar una vida de ocultación que les impidió una vida plena y feliz.
El cristianismo interpretó su deseo de virtud y virginidad como un don de santidad, pasando a se venerada y reconocida como santa.
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Una historia muy literaria. Saludos.
ResponElimina¡Cuántas vidas se han truncado por vivir con disfraz o con disimulo!. Esta historia me recuerda que en el Líbano hay todo un mundo espiritual por descubrir.
ResponEliminaMentiras, disimulos, una permanente a lo largo de la historia, todo por no aceptar a la gente tal y como es.
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